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¿Estarán listos para la Ocean Course?

Cuando los jugadores lleguen a Carolina del Sur esta semana para disputar el cuarto y último major del año, Pete Dye será uno de los nombres más mencionados.

No, Dye no es uno de los favoritos, ni siquiera será uno de los participantes en la 94ª edición del PGA Championship. Él es simplemente el genio detrás de la cancha, de la famosa Ocean Course en Kiawah Island, la creación de un artista que construyó cada detalle de la nada.

Dustin JohnsonAllan Henry/US Presswire

Para evitar la situación de Dustin Johnson dos años atrás en Whistling Straits, decidieron que todo lo que sea arena jugará como zona de transición.

"Recién habíamos comenzado a construir la cancha", contaba Dye, "cuando el huracán Hugo destruyó todo lo que habíamos hecho. Por suerte, tras muchas reuniones, el gobernador nos dio permiso para reconstruir la costa. Eso nos permitió volver a hacer las dunas y crear pasos de agua y arena. Hay quienes critican la cancha y dicen que es artificial, que no es una "verdadera" cancha links. Mi respuesta para ellos es: ustedes tienen razón, yo hice esas dunas".

La primera gran prueba de la Ocean Course fue la Ryder de 1991, una batalla histórica que finalizó con la victoria de los norteamericanos sobre los europeos: 14 ½ a 13 ½. Tan emocionantes fueron los partidos, tantas cosas pasaron entre los jugadores y tanto tuvo que ver el final, que, la Copa Ryder en Kiawah pasó a ser, a partir de ese momento, la máxima expresión de dificultad y nervio.

"La cancha es tan difícil que es increíble", dijo Raymond Floyd luego de la competencia en 1991. "Si uno tuviera que jugar esta cancha con tarjeta, no veo como se puede terminar. Los tres últimos hoyos te hacen temblar aún durante los días de práctica".

Más allá del diseño, la dificultad de la Ocean Course dependerá del viento. "En buenas condiciones, algunos scores de 65, 66 o 67 no me molestarían, al contrario", dijo Dye. "Si no los hacen hay algo que está mal con la cancha, pero si hubiera un 62, eso ya no me gustaría".

El viento, de acuerdo a los locales, puede hacer que exista hasta ocho palos de diferencia en un hoyo, de un día al otro. "Uno puede pasar de jugar un wedge a un hibrido, y a veces, el cambio puede suceder entre la mañana y la tarde".

Tiger Woods, Adam Scott y Graeme McDowell estuvieron en Kiawah para jugar una ronda de práctica la semana pasada.

"Nunca la había jugado antes", dijo Scott, "solo había visto fotos en las revistas. ¿Mi opinión? Son dos nueve diferentes: la ida es normal, te deja jugar; la vuelta, es un monstruo".

"Todo dependerá del clima", agregó el australiano. "Si el viento sopla será extremadamente difícil, aún si mueven las salidas hacia adelante. Con agua de un lado y bunkers del otro, los fairways son difíciles de acertar y la penalidad es grande si uno comete un error".

Hablando de bunkers, la PGA de America declaró que no habrá bunkers en la Ocean Course. Para evitar la situación de Dustin Johnson dos años atrás en Whistling Straits, otro diseño de Pete Dye, decidieron que todo lo que sea arena jugará como zona de desecho o transición, donde el jugador podrá apoyar el palo si lo desea.

El escenario está listo. La Ocean Course, con casi 7700 yardas, par 72, será puesta a prueba por los mejores jugadores del mundo bajo la mirada atenta de Pete Dye.

¿Estarán ellos listos para la Ocean Course?