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No sé si ya te olvidaste...

BRISTOL -- No sé si ya te olvidaste de Ramón Ramírez surcando el lado izquierdo bajo la lluvia de Atahualpa y picando la pelota por encima del arquero en semifinales. Tal vez te lo eclipsa la imagen Claudio Suárez y Ramírez Perales madrugados por Simeone y Batistuta en la final de la Copa América del 93.

No sé si ya olvidaste a Luis García maldiciendo en éxtasis después de someter dos veces a Irlanda. Es posible que el recuerdo de García Aspe y Marcelino Bernal maldiciendo en depresión por fallar cada uno su tiro penal contra Bulgaria en 1994, te lo haya borrado.

¿Te olvidaste ya de Cuauhtémoc Blanco inventando -genio tenía que ser- una elástica figura para empatar a Bélgica y salvar la clasificación en 1998? Quizá te haya nublado la memoria la doble debacle de Raúl Rodrigo Lara, improvisado como central, sometido una vez por Klilnsmann y otra vez por Bierhoff.

Espero que nunca olvides cuando Jared Borghetti superó a Alessandro Nesta; fue uno de los goles que más fuerte gritaste. Aunque la artera patada (celebrada por varios) de Rafael Márquez a Cobi Jones, es la fotografía que define Corea-Japón 2002. Eso, o el infame cambio de Aguirre quitando a Ramón Morales para meter a Luis Hernández a los 27 minutos.

No sé si ya olvidaste a Gonzalo Pineda tirando un penal a lo Panenka en la Confederaciones del 2005 y sólo recuerdas a algún cronista repitiendo nuestra eterna letanía: "otra vez los malditos penales".

¿Te acuerdas de Omar Esparza, Carlos Vela y Ever Guzmán? Igual y para ti la "Generación Dorada" es la que arrastrará eternamente la "Tragedia de Carson" que nos dejó sin Olímpicos en Beijing.

Por más que intento, no puedo olvidar a Maxi Rodríguez haciendo un gol de otro planeta para justificar el mediocre dicho "jugamos como nunca y perdimos como siempre".

¿Has olvidado como saltaste cuando Chicharito corrió más rápido que cualquier francés y nos ilusionó con una Copa Mundial histórica en 2010? ¿O tu fotografía de Sudáfrica solo retrató a Javier Aguirre (otra vez) al Guille Franco y al Bofo Bautista?

Cada vez que un aficionado mexicano se prepara para vivir un torneo importante de fútbol lleva un costal y regresa con dos. El primero vuelve, por lo general, vacío. El segundo vuelve, cada vez, más lleno. El primero es la ilusión, el segundo es la decepción.

Por eso te pido que no olvides el 11 de agosto del 2012, no olvides Londres y nunca olvides que México ganó el futbol de Juegos Olímpicos. No olvides que le ganó a Brasil.

No olvides que volvió con un solo costal y que, sobretodo, ese costal venía repleto de oro.

No sé si los 18 que llegaron el sábado a jugar la final conocían el
pasado, si recordaban esos dramáticos pasajes envueltos en derrota o si, peor aún, olvidaron a aquellos que comenzaron a marcar el camino.

Yo no sé si has visto que cada vez que los jugadores llegan al estadio, lucen los audífonos de más alta tecnología.

No sé qué es lo escuchaban llegando al juego más importante del futbol en su país y, por su edad, dudo que conozcan a Caifanes.

Pero involuntariamente se apropiaron de una de sus mejores canciones y la inmortalizaron, se inmortalizaron a ellos mismos, rompieron jaulas.

Porque antes de saltar al mítico césped de Wembley una sola cosa pasó por su mente y sobre todo por su corazón.

"Antes de que nos olviden, haremos historia".