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Rayadas y Rayados, en putrefacción

Jorge Vergara se enfrentó a un aficionado que lo insultó por el mal momento que vive Chivas César Huerta

LOS ÁNGELES -- Toluca y Tijuana saquearon a sus anfitriones. Y los dejaron casi desnudos, mal heridos, entre estertores, agonizantes… pero no muertos.

Toluca desvalijó a Chivas. El Guadalajara no es un fiambre, pero está obligado a una proeza, de esas que su funcionamiento no garantizan.

Tijuana visitó a Rayados y el saldo de 0-1 le deja pleno de ventajas para el juego de vuelta. No hay nada escrito, pero la hazaña debe ser de Monterrey.

Es evidente que Toluca y Tijuana, en su casa, el domingo, gozarán de los privilegios para practicar la autopsia y disecar el cadáver de su víctima en turno. Pero a la bestia herida hay que saber rematarla.

Con el último aliento, con hálito casi putrefacto, pero Chivas y Monterrey reclaman el derecho inapelable de 90 minutos de esperanza, que no necesariamente significa fe.

¿ESPEJISMO?

Chivas no puede jugar con los números. Son muy estrechos en el margen. Cualquier empate lo elimina. Una victoria por 1-0 ó 2-1 igual deja fuera al Guadalajara. Está obligado a buscar dos goles de diferencia en su victoria a menos que consiga marcadores como 3-2, 4-3, etcétera, que lo clasificarían por el gol de visitante.

Chivas fue un incómodo visitante en el torneo, cuarto después de Toluca, pero apenas marcó nueve goles en 8 partidos bajo esa circunstancia, mientras que como local, el Toluca, fue el segundo mejor, se mantuvo invicto en el Nemesio Díez, y marcó 15 goles en ocho juegos y sólo recibió 5.

Los números tienen una lógica y es adversa al Guadalajara.

Este jueves en el Omnilife, Chivas reaccionó en el segundo tiempo con la pesada losa del 0-2, y en una noche espléndida de Alfredo Talavera, en un penalti aparatoso, finalmente Márquez Lugo hizo el 1-2 que fue respiración de boca a boca para las pataletas del moribundo.

Un Omnilife con grandes claros en su tribuna, fue escenario de una exhibición de Chivas que sólo ratificó la línea de conducta del Toluca: 10 de sus 18 goles recibidos en la temporada regular, fueron en el segundo tiempo y 13 de ellos de visitante.

Sí: al Diablo Rojo le falta fuelle de maldad en el cierre de los encuentros y especialmente ante un equipo juvenil y dinámico como el Rebaño.

Y cuando Toluca se desconcierta, es evidente el desplome físico, anímico y mental que sufre. Pudo aniquilar en descolgadas a Chivas, pero en la última jugada, en la que debería preparar el fusilamiento, había un fuera de lugar o una mala entrega, como reflejo de la desconcentración por fatiga.

Chivas tendrá que ofrecer un partido casi perfecto. Tal vez lo más cercano a aquella victoria sobre el América en el Clásico, aunque difícilmente Toluca cometerá errores como los que entonces perpetraron las Águilas.

Pero, insisto, aunque las circunstancias, la lógica, las estadísticas, el adversario, hagan sentir que Chivas está ya en proceso de descomposición, de momificación, lo cierto es que sigue con vida, y de hecho, no olvidemos que, cierto, con otro técnico y otros jugadores, ya fue capaz de coronarse en Toluca con el Chepo de la Torre con todos los pronósticos en contra.

DESMORALIZADO...

La exhibición de Monterrey no garantiza hazañas. Menos en la cancha del Estadio Caliente en la que los Xolos se mantuvieron invictos, aunque no puede decirse que fueron implacables.

Cierto, los tijuanenses recibieron apenas medio gol de promedio en su cancha, pero su producción ofensiva no fue de las mejores en casa, apenas 11 goles en ocho encuentros, y fue la sexta peor en este renglón, sólo debajo de Chivas, Atlas, Puebla, San Luis y Querétaro, es decir, la peor ralea del torneo.

Monterrey tenía la gran oportunidad en casa. Era el gran examen. Y lo reprobó. Cierto: la posesión de pelota fue suya, y tuvo tal vez más propuesta ofensiva, pero Tijuana, apegado a su doctrina defendió y esperó. El 1-0 no engordó más porque a Duvier Riascos, le arrebató el silbante un gol legítimo, al marcar un fuera de lugar de Gandolfi, quien no tenía vela en el entierro.

Ese gol de Garza en la agonía del juego, al 88', deja a Xolos con un relativo control. Obliga a Monterrey a ganar por cualquier marcador que no sea 1-0, aunque el empate los deja fuera también.

Sí: todos los pulgares están apuntando hacia abajo, condenando a la momificación a estas Chivas Rayadas y a estos Rayados de Monterrey, pero tienen un derecho inalienable del futbol: 90 minutos de redención y resurrección, o de condena definitiva.