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Riquelme & Angelici S.A.

Riquelme y Angelici se pondrán de acuerdo Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- No se toleran, sus ideales no se sientan en la misma mesa y sus acciones se desafían desde veredas opuestas. Estos ingredientes no presumen confeccionar la receta madre de una sociedad. Pero como en el fútbol sucede hasta lo más inimaginable, en Boca se convirtieron en pilares muy sólidos para pedir los papeles sobre la mesa y estampar la firma.

Daniel Angelici y Juan Román Riquelme. El presidente de la empresa y el líder de sus trabajadores. El representante de la clase alta y el vocero de la clase baja. Diferencias sociales que desaparecían cuando la pelota número 5 se pegaba a la camiseta número 10 y hasta las manos repletas de los más caros anillos no frenaban sus aplausos.

Admiración y desprecio que convivieron hasta que uno vació al otro. Ya en su época como tesorero del club, Angelici había puesto su primera piedra para que Román no permaneciera por más de dos años en Boca. Y vaya paradoja, Riquelme solito dijo adíos a los dos años de haber firmado un contrato de cuatro.

¿Cómo imaginarse entonces que ambos puedan asociarse para algo?. A veces ciertos gestos de suma inteligencia se confunden con gestos de grandeza o mero respeto. Y este tipo de gesto lo tuvo Román al ratificar el último 5 de enero que a Boca no volvía. Y no me refiero precisamente al NO que le dio a Carlos Bianchi, sino a una frase que esgrimió en su preparado discurso de segunda despedida.

"Estoy muy agradecido al presidente por haber intentado convencerme para que vuelva al club". Está declaración pudo haber pasado inadvertida en medio de un repertorio en el que predominó el ataque al periodismo catalogándonos de mentirosos. Sin embargo estas catorce palabras conforman la mejor firma de contrato que hoy une a Riquelme con Angelici en una verdadera sociedad anónima.

Con tal agradecimiento, Román le regaló inmunidad a Angelici frente a los hinchas. ¿Quién se animará desde la tribuna a reprocharle al presidente la ausencia de Riquelme?. Nadie. ¿Fue gratuito el traje de amianto que hoy viste Angelici gracias a las palabras de Román?. No. Si analizáramos cada una de las declaraciones del jugador en cada nota, conferencia o rueda de prensa, nos daremos cuenta que detrás de cada frase hay un por qué y esta vez no fue la excepción.

Román ya jugó. Ahora deberá hacerlo Angelici. Y lo está haciendo con su silencio u omisión sobre lo sucedido en las diferentes reuniones que tuvieron para "convencer" al ídolo. Román estuvo cerca, muy cerca de volver hasta que se encontró con un NO rotundo de la dirigencia frente a todos los pedidos que hizo, que según el propio Román son inventos nuestros.

Si Angelici diera a conocer públicamente lo hablado en cada uno de esos encuentros, entraríamos en un terreno donde para Román no sólo el periodismo inventa sino también el presidente. Y está claro que sea quien sea quien presida Boca si quiere gobernar en paz debe tener al máximo ídolo del club de su lado, al menos frente a las cámaras.

Vale aclarar que Riquelme está en todo su derecho a pedir, exigir, preguntar o insinuar sobre puntos que él crea necesarios para sacarle la pausa al contrato. Como también vale aclarar que el periodismo está en todo su derecho a publicar a mi parecer NO detalles, pero SÍ que hubo ciertos puntos que pretendían ser modificados para generar el tan ansiado regreso.

Obviamente que las negociaciones hayan salido a la luz no le generó simpatía a Román y fue más fácil acusar al periodismo de mentiroso que aceptar que como la dirigencia le dio la espalda a ciertas pretensiones se mantiene en la postura de no regresar.

En fin, en esta sociedad la primera firma la puso Riquelme y luego con los días se sumó la de Angelici.

Claro que entrará en vigencia recién cuando Boca reaparezca en La Bombonera y desde las tribunas no bajen reproches hacia el presidente cuando los hinchas vean a Román en su palco alentando al equipo de Bianchi.

Enfrente, en el palco presidencial, muy tranquilo también podrá alentar Angelici acompañado por su pequeño hijo, vestido como de costumbre con la camiseta de su ídolo con la 10 en la espalda, sí la de un tal Juan Román Riquelme... el mejor socio de su papá.