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El juego de los intereses

El tema aquí es muy sencillo de entender: para efectos del negocio, de la industria futbolística, la multipropiedad es necesaria. Es parte del sistema y es la manera en que dentro de un monopolio, para bien o para mal (yo diría más para mal) el futbol mexicano se ha desarrollado (más que crecido). El asunto es que la multipropiedad significa transitar por un sendero propicio para la ilegalidad y en un país agobiado por graves problemas de corrupción ese no parece ser el mejor de los caminos.

LOS ÁNGELES, CA. - La poderosa industria del futbol mexicano ha mostrado otra vez cuáles son sus siniestras intenciones: si algo es ilegal (en términos jurídicos e incluso deportivos) solo tienes que realizar algún tipo de consulta entre los propios dueños, modificar tus propios reglamentos, hacerlo legal y punto.

Lo que resulta extraño es que un hecho que hasta hace algunos años no era una preocupación, hoy sí interesa reglamentarlo -más que combatirlo- y lo que resulta más irónico e insólito aun, es que aquellos que en su momento fomentaron, exaltaron y escondieron la multipropiedad son quienes están al frente de este movimiento.

Intereses: el futbol mexicano siempre ha sido una marea de intereses. Hay días donde la corriente indica olas peligrosas hacia el sur y otras en las que el mar está quieto y apacible. Así es el futbol mexicano.

Pero no le pidamos al futbol mexicano que busca la legalidad cuando tiene una pila de archivos y de temas pendientes en cuanto a su sendero de justicia. Aquí es donde tendría que intervenir la FIFA, el organismo al que está afiliado la Federación Mexicana de Futbol y el organismo que establece los reglamentos de competencia deportiva y comercial de sus afiliados por el mundo. ¿Qué piensa la FIFA de la multipropiedad? La respuesta de Joseph Blatter ha sido vaga. En diferentes ocasiones, el presidente de la FIFA ha respondido con evasivas sobre el asunto. Primero dijo que, según él, tenía entendido que había un nombre distinto registrado como dueño de equipos en el futbol mexicano y después afirmó que mientras no haya una queja formal y directa de algún club, la FIFA no podría actuar.

Pedirle, por otra parte, a la FIFA en estos tiempos actuar o investigar sobre un tema de justicia y legalidad no parece una gran idea. La FIFA misma tiene sus propias intrigas, problemas, dudas y deudas morales.

El tema aquí es muy sencillo de entender: para efectos del negocio, de la industria futbolística, la multipropiedad es necesaria. Es parte del sistema y es la manera en que dentro de un monopolio, para bien o para mal (yo diría más para mal) el futbol mexicano se ha desarrollado (más que crecido). El asunto es que la multipropiedad significa transitar por un sendero propicio para la ilegalidad y en un país agobiado por graves problemas de corrupción ese no parece ser el mejor de los caminos.

Negocio y deportes. Intereses y futbol. Al final, usted y yo sabemos muy bien qué termina pesando más...