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Xolos muestra la miseria de Millonarios

Xolos celebró su triunfo contra Millonarios, en su debut en la Libertadores EFE

LOS ÁNGELES -- Orden. Paciencia. Contundencia. Astucia. Compromiso. Y esa sabiduría repudiada que se llama cancherismo. Xolos respetó los mandamientos básicos, imperativos totalmente, para debutar en la Copa Libertadores de América.

Y esos mismos condimentos puso Nacional en el Nemesio Díez para sentenciar al Toluca, al que aniquila con goles de su propio código de barras: Vicente Sánchez e Iván Alonso escriben el 3-2, como para firmar con hiel su divorcio con los Diablos Rojos.

0-1, con la firma de Richard Ruiz, en el inobjetable triunfo de Xolos en Bogotá sobre Millonarios, el equipo insignia de Colombia en esta Libertadores.

Sin Fernando Arce y sin el Chango Moreno –quien se cansaba de fallar goles en un bodrio amistoso contra el Galaxy-, Xolos recuperó la estampa, luego de dos derrotas en la Liga Muy Equis, con dos hombres más ante América, y después ante el entonces peor equipo del torneo: Jaguares.

Sí: Xolos llegaba desfavorecido en los pronósticos, especialmente porque se ponderaba la nómina de Millonarios, como un lujo para el futbol colombiano.

Antonio Mohamed lo había advertido: "tengo un equipo muy inteligente y muy comprometido", antes de que arrancara el mismo Clausura 2013, y le había agregado incluso una promesa: priorizar la Libertadores sobre la Liga MuyEquis: "Ya somos el mejor de México, ahora queremos ser los mejores de América".

Cierto: había un escepticismo justificado, entendible, razonable, por las dos anteriores exhibiciones de Xolos en el torneo mexicano, y las ausencias de dos jugadores clave, agregaban temblorinas a sus seguidores.

Pero el equipo de Tijuana demostró el oficio fundamental de dos jugadores como Gandolfi y Pellerano para ejercer como líderes del equipo, y no hablo sólo del tema futbolístico, sino anímico, mental, táctico, e insisto, ese factor que los equipos mexicanos no llegan a entender, absorber ni adquirir: saber ser cancheros.

Cierto también: Cirilo Saucedo se manifestó con un par de portentosas atajadas y un beso de la fortuna, para ser el jugador importante de Xolos, sin dejar de subrayar que el peso de este equipo es una maquinaria que refleja la cotización de un trabajo ordenado, intenso, del entrenador Antonio Mohamed.

El mismo Turco lo había ponderado: "sabemos y sabremos jugar la Libertadores". Oficio pues, que es un doctorado que sólo se adquiere en la cancha, con roce, con astucia, con cinismo, con descaro, pero que es una moneda que debe tener disponible siempre quien quiera pagar odiseas en la Copa Libertadores.

En tanto, Nacional usó el mismo arsenal ante Toluca, sólo que en este caso el descaro de los uruguayos rebasó con mucho al atarantado y sospechoso arbitraje, especialmente en la administración de las tarjetas amarillas.

Pero lo cierto es que Nacional, que llegaba supuestamente sin ritmo, decepcionando ante el Barcelona en su primer juego de la Libertadores, encontró en dos ex escarlatas, en dos ex depredadores del Toluca, la rebeldía, la revancha y la rabia implacable para sentenciar al local. Y Vicente Sánchez e Iván Alonso no perdonaron.

Toluca llegaba a este juego con circunstancias favorables: había vencido a Boca en La Bombonera, y había sacado un empate al América en el Azteca. Tenía la ventaja de la localía e ilusamente creía que la llegada desde el nivel del mar hasta su refugio "montañoso" en el Nemesio Díez le ayudaría en el trámite.

Así, una jornada de contraste, pero que refleja las intenciones: Xolos quiere una Copa que el futbol mexicano no tiene, y el Toluca deberá empezar a elegir y olvidarse de ese discurso retórico y populista de que "vamos por los dos torneos".