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Miami, por dentro

Serena y Venus Williams jugarán en Buenos Aires AP

MIAMI -- Este año fui a Miami para la segunda semana del torneo y lo visité dos días. La verdad que fue una sensación rara para todos cuando no se veía ni a Federer ni a Nadal en el cuadro principal y eso se notó mucho en la cantidad de gente que asistió a Key Biscayne.

Creo que, por una parte, es normal, porque estos dos genios que fueron los mejores jugadores de la última década, hasta la llegada de Djokovic al Nº 1, siguen teniendo muchísima importancia para la ATP, que debería preocuparse ante esta situación. Está claro que hoy el serbio es el líder por méritos propios, pero tengo la sensación de que si Roger y Rafa hubieran jugado el torneo, y hubiera sido Djokovic quien no lo jugara, la asistencia hubiera sido mayor.

En cualquier caso, el torneo sigue siendo muy atractivo, pero ya parece que Indian Wells lo está superando en organización, cantidad de espectadores y, sobre todo, en la proyeccion de cara al futuro. El año pasado viví los dos torneos, otra vez desde adentro, y la verdad que Indian Wells es impecable, es uno de los torneos en los que más cómodo te hacen sentir. Miami tiene un encanto especial, sin duda, por la ciudad, la playa, la gran cantidad de latinoamericanos que vienen al torneo...

El primer día que fui al club vi un rato de Ferrer-Nishikori, que estuvo bueno y se pudo ver a dos jugadores con patrones de juego bien distintos, y era un partido interesante porque en 2012 Kei le había ganado a Ferru en los Juegos Olímpicos de Londres, así que esta era una buena oportunidad para ambos.

Después de ellos, en la cancha central, se jugó sin duda uno de los mejores partidos del torneo, el de Serena Williams contra Na Li. Me quedé a verlo y era impresionante la velocidad de pelota de ambas, la intensidad y la concentración, con muy pocos errores en general para semejante nivel de tenis. Ganó Serena, que tuvo que dejar lo mejor para derrotar a la china.

Unos minutos antes del partido estuve con Jill, la manager de Serena y Venus, y charlamos acerca de Venus, que pasa por un momento delicado, como todos saben, debido a su enfermedad autoinmune, y que depende un poco de cómo se despierte cada día para saber si puede entrenar o competir, ya que sufre bastantes dolores articulares. También se la ve muy flaca, pero se debe a una dieta principalmente vegetariana que sigue y que la hace sentir mejor. Serena, por su parte, sigue compitiendo al máximo y disfrutando de un nivel que le sigue permitiendo luchar cada semana contra las jóvenes.

En el hotel me encontré con Errani y Vinci, las Nº 1 del mundo en dobles, que recién venian de perder en cuartos de singles contra Sharapova y Jankovic, respectivamente, en dos partidos bastante igualados. Sara no pudo aprovechar las 17 dobles faltas de Sharapova que, si bien erró mucho con el saque, estuvo muy sólida de fondo, me contó.

Y a la noche también estuve en el hotel con Javier Piles, el entrenador de David Ferrer, con el que aproveché a charlar un rato largo. La verdad que tanto él como David son dos personas impecables, todo un ejemplo para quienes entran en el circuito. Me contó que David la pasó mal en Indian Wells, primero porque es un torneo donde siempre tiene malas sensaciones tenísticamente y después porque venía un poco bajoneado, obviamente, por el resultado de la final de Acapulco contra Nadal, quien los sorprendió mucho con ese medio metro que se metió en la cancha para golpear de revés, algo que antes no hacía.

Acá en Miami ya estaban en semis y me dijo que veían muy difícil ganar el torneo (siempre tan humildes), pero que se sentía jugando muy bien y que habría que luchar para hacerlo lo mejor posible. Quién hubiera pensado que tres días más tarde Ferrer iba a tener un punto de campeonato con aquella pelota de Murray que entró por menos de un centímetro. Así es el tenis, y la vida, pero tanto Ferrer, que es un jugadorazo, como Piles, pueden estar muy satisfechos por lo buenos profesionales que son y por el ejemplo de humildad que representan para muchos.