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Cuatro grandes planteles

América eliminó a Pumas y Monterrey dejó fuera al superlíder Tigres. Getty Images

MÉXICO -- América, Santos, Monterrey y Cruz Azul, junto con Tigres, tienen indiscutiblemente los cinco mejores planteles del futbol mexicano. Cuatro de ellos sobreviven y buscarán el campeonato.

América experimenta una marcada dependencia por Christian Benítez y Rubens Sambueza. El goleador respondió con dos anotaciones ante Pumas, el mismo total que había logrado en sus 8 partidos anteriores de Liguilla con América; Rubens desapareció en la vuelta y sigue sin pesar lo esperado.

La principal debilidad de América en cuartos de final fue la fortaleza de Monterrey: manejo de partido. Mientras América con sus cambios replegó filas y defendió contra las cuerdas ante Pumas, Rayados contuvo a Tigres lejos de la portería de Ibarra. Si en algo es sólido Víctor Vucetich es en desactivar a sus rivales, lo que no pudo hacer Miguel Herrera y por poco le cuesta la eliminatoria. Mucho ojo con eso.

Memo Vázquez tampoco dio cátedra en manejo de partido en la vuelta ante Morelia. El cambio de Israel Castro se necesitaba antes del minuto 80 en que lo hizo. Cruz Azul perdió claridad, dejó de llegara la portería de Vilar, y falló constantemente arriba. Desde ahora les digo, si le dan a Darwin Quintero las facilidades que le dieron a Aldo Leao Ramírez, van a sufrir intensamente contra Santos. La renta goleadora de la ida fue suficiente para clasificar, pero la vuelta dejó una lección importante.

Regreso al punto de Quintero. Darwin falló tres goles hechos en la ida, pero en la vuelta fue peligroso de diferentes maneras. Se convirtió en la plataforma de lanzamiento para el rapidísimo Rentería. ¿Por qué? Porque Atlas le dio tiempo y espacio de controlar el balón en tres cuartos de cancha. No nada más es peligroso desbordando, también profundizando.

NO SABER PERDER

El desplante del domingo en la noche de Tomás Boy es reprobable, inadmisible para un entrenador de Primera división. El problema es que no es la primera vez. No tenemos que ir muy atrás, en este mismo torneo tuvo numerosos actos criticables: dijo que tenía miedo del arbitraje, llamó a Marco Rodríguez incendiario, le festejó airadamente a Benjamín Galindo el triunfo en el Clásico. Por mencionar algunos.

Tomás es muy buen entrenador. Con él Morelia tuvo sus mejores campañas en los últimos diez años, fueron tres etapas en que fueron constantemente contendientes; al Atlas lo sacó de un hoyo profundo. Tiene autoridad, liderazgo, es un buen motivador, hace grupo, impone cierta disciplina para cerrar filas internamente, sabe plantear un partido, tiene buen trabajo de cancha, sabe de táctica…pero pierde el control.

Es difícil pensar que a estas alturas de su carrera cambie. Son más de veinte años siguiendo un patrón semejante. Sin duda de ahí nace uno de las principales correcciones que debe hacer. A fin de cuentas, lo que le sigue haciendo falta a su carrera es un campeonato.