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Miami espera el duelo Puig-Fernández

MIAMI - Los Miami Marlins, el equipo con la más baja asistencia de todas las Grandes Ligas, esperan un lleno completo el próximo lunes, cuando el fenomenal Yasiel Puig llegue con sus Dodgers para una serie de cuatro partidos.

Los Marlins sólo han logrado convocar a 18,181 fanáticos como promedio por juego en su flamante parque de la Pequeña Habana, pero ya muchos en el sur de la Florida se frotan las manos y hacen planes para ir a ver el debut del cubano Puig en la zona donde vive la mayor cantidad de compatriotas fuera de la isla.

Yuri Boza, un editor de televisión que escapó de la delegación cubana durante el II Clásico Mundial de Béisbol en el 2009, ya se compró una camisa de Puig para ir a apoyar al hombre que le cambió la cara a la franquicia angelina.

"La pedí por internet y por suerte me llegó a tiempo para poder lucirla en el estadio", dice Boza, quien asegura que muchos amigos han seguido sus pasos y también han sucumbido a la Puigmanía.

Pero aunque los Dodgers jugarán en Miami por cuatro días seguidos, es el lunes para cuando se espera la mayor concurrencia.

Y es que ese día escalará la lomita por el equipo local otro fenómeno salido de la Mayor de Las Antillas: el lanzador derecho José Delfín Fernández.

En medio de una campaña para el olvido, los Marlins han tenido en Fernández quizás su único elemento atractivo, con un inicio parecido al de Puig.

A pesar de haber desforrado la pelota durante los entrenamientos primaverales, el novato de Los Angeles comenzó la temporada en las Ligas Menores, pues no había cupo en los jardines ante la presencia de Matt Kemp, Carl Crawford y Andre Ethier.

Pero Kemp y Crawford se lesionaron y los Dodgers tuvieron que subirlo a la carrera, sin imaginar el impacto que Puig tendría en un equipo que hasta el 3 de junio parecía condenado a protagonizar uno de los estrepitosos fracasos del año.

Por su parte, Fernández, primera selección de Miami en el draft amateur del 2011, estaba destinado a arrancar la campaña también en las Menores, pero lesiones de algunos serpentineros que debían integrar la rotación titular le abrieron las puertas de las Grandes Ligas desde el comienzo de la temporada.

Y desde que lanzó la primera pelota, el muchacho enseñó a todo el mundo que estábamos en presencia de un pitcher excepcional.

Orlando Chinea, el coach de Tampa que lo entrenó en su camino hacia el béisbol profesional, asegura que Fernández tiene condiciones para convertirse en el mejor lanzador de las Grandes Ligas.

Palabras mayores, cuando se coloca su nombre en la misma oración junto a Luis Tiant, Camilo Pascual, Mike Cuéllar, Adolfo Luque y Orlando "El Duque" Hernández.

Pero hasta el momento, el muchacho, con apenas 21 años recién cumplidos, ha lanzado como un consagrado, se ganó el derecho a participar en el Juego de las Estrellas y hoy exhibe la cuarta efectividad más baja de toda la Liga Nacional, con 2.45 limpias permitidas por cada nueve innings.

Y si hoy no tiene más que ocho victorias, se debe en gran medida a la falta de apoyo ofensivo de sus compañeros o a la ineficiencia de los relevistas.

Para que se tenga una idea, en dos de sus 23 aperturas no permitió carreras, pero se fue sin decisión, al igual que en tres salidas en las que sólo ha tolerado una.

Lleva 13 juegos seguidos con tres o menos limpias permitidas, salvo en una ocasión en que aceptó ocho hits, nunca más los rivales han conseguido pegarle más de seis imparables y con una mezcla de recta de humo, slider endemoniada y cambio engañador, ha ponchado a 149 hombres en 139.2 episodios.

Así que al menos el lunes, no sólo será la Puigmanía la que meta gente en el Marlins Park el lunes, porque aquí en Miami también se habla de Fernandezmanía.