<
>

Rivalidad

Una verdadera rivalidad puede haber empezado en 2013. Getty Images

BRISTOL -- La Ryder Cup no tenía ningún interés ni para el público ni para los jugadores. Era una exhibición en donde los americanos ganaban siempre y en donde los europeos sólo querían perder por poco. Esto fue así hasta que aparecieron las figuras de Seve Ballesteros y Tony Jacklin. El primero convenció a todos que se podía ganar y el segundo tomó la capitanía del equipo, exigiéndole al European Tour lo mejor de lo mejor para sus dirigidos. En 1985 ganaron por primera vez en 28 años y en el ´87 triunfaron por primera vez en América. La Ryder Cup resucitó y hoy es el evento golfístico que más atención provoca.

La historia de la Solheim Cup es parecida. Nacida en 1990, el trofeo lleva el nombre del fundador de Ping, alguien que siempre apoyó el golf femenino. Los comienzos fueron parecidos a los de la Ryder y los nombres de López, Daniel, Bradley, Pepper y Sheehan eran demasiado para las europeas, que sólo tenían por aquellos comienzos a Laura Davies y Lisselotte Neumann como sus principales nombres. El enfrentamiento no despertó el interés de casi nadie y en las primeras 11 ediciones las norteamericanas tenían una ventaja de 8 a 3. Mucho se empezó a hablar de incorporar a las asiáticas al torneo para reforzar a Europa, pero esto fue rechazado desde un primer momento.

En Irlanda, dos años atrás y con el peor clima que se recuerde en la Solheim, las europeas remontaron el domingo sobre el final, dieron vuelta varios partidos y se quedaron con el triunfo. Esto sacó a la Solheim Cup del respirador artificial en el que se encontraba y le dio esperanzas de una nueva vida. Esta semana en Colorado sucedió lo que la Solheim Cup necesitaba: un triunfo de Europa de visitante.

Si uno repasaba los equipos antes de empezar y veía que Europa llegaba con 6 debutantes, incluída una chica inglesa de 17 años, profesional desde marzo, no podía apostarse a un final feliz de las comandadas por Neumann. La historia fue que las locales no jugaron bien, que fueron siempre dominadas por unas rivales que embocaron los putts importantes y que al final de la semana se llevaron una victoria inesperada. Lo hecho por la sueca Caroline Hedwall entra en el libro de los récords ya que nadie en la historia de la Solheim había ganado los 5 partidos en una misma edición.

Ahora será tarea de quienes dirigen el Ladies European Tour de usar este triunfo como los hombres lo hicieron para hacer crecer su circuito. Los torneos no son muchos y las bolsas son chicas en una economía europea que sufre por estos días. El hecho es histórico y una verdadera rivalidad puede haber empezado esta semana en las afueras de Denver.