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Chiquito pudo y escribe una página insólita en las grandes

Un duelo de poder a poder que fue para Horner al final Foto cortesía Unipublic

BRISTOL - Siempre detrás de las estrellas, siendo telonero ocasional y ganando años en el camino sin destacarse realmente en una grande. Ese era Christopher Horner hasta antes de la 68º Vuelta a España. El corredor de los Estados Unidos, incansable gregario y primera espada en las montañas de otros protagonistas, empezó su décima séptima etapa como profesional con la Tirreno Adriático donde fue 6º en la CG y luego tuvo que abandonar la Vuelta a Cataluña por una molestia en la rodilla que terminó en cirugía.

Desde lejos vio como sus compañeros subían y bajaban las cimas del Giro y cómo su ilusión de formar parte del centenario del Tour de France quedaba en frustrada para fijar su mirada en el calendario nacional de los Estados Unidos.

Sin la presencia de los hermanos Schleck y con Kloden disminuido por su calendario y el TDF, el Radio Shack Leopard llamó a Horner a ser el capitán de su escuadra en la Vuelta luego de verlo con forma y buen resultado en el Tour de Utah. Estar en altura le dio bríos renovados al "Chiquito de la Calzada" como lo bautizaron sus compañeros españoles cuando corrió con el Saunier Duval. Flaco y quejumbroso decía "No puedo, no puedo".

Hay que ser sinceros: al iniciar la Vuelta el nombre de Chris no pasaba por la mente de nadie como favorito para ganar el título, quizás para ser Top 10 o para ganar alguna etapa. Pero poco a poco Horner -quien no ha parado de sonreír desde que inició su cuarta participación de por vida en la Vuelta- fue encontrando las piernas para sacar dos triunfos individuales sobre corredores con títulos o posiciones de podio en ésta o cualquiera de las tres grandes. Aun sin conocerlo el Angliru, Horner comentó antes de salir: "Este día no es el más estresante. El más difícil fue el de la crono por equipos, lo más difícil para mí fue seguirle el ritmo a Fabián Cancellara". En resumen, para Chris lo peor había pasado y solo le sonreía el presente, sin presiones.

El Angliru fue un digno sinodal para ver el duelo picado entre Vincenzo Nibali y el estadounidense que unas horas antes se había enfundado por tercera vez de Rojo. La táctica del Astana funcionó casi a la perfección: los dos mejores escaladores al servicio de Nibali. Fuglsang y Tiralongo se fueron por delante para esperar a su jefe de filas en las rampas más duras del Angliru. Quizás Paolo Tiralongo gastó un pelín más en la punta de la carrera con quien a la postre sería el ganador de etapa Kenny Elissonde (FDJ) de solo 22 años. Quizás Vincenzo arrancó un kilómetro más temprano de lo que hubiera sido ideal. Pero eso no le quita al italiano haberse fajado en lo que parecieron incontables y dolorosos de ataques para deshacerse de Horner en la recta final. Pero "Chiquito" volvió a su rueda en todos esos estacazos de Nibali. Como un Zombi empecinado en comerse a su presa.

Nibali y Horner tuvieron que pelear entre atascos, motocicletas y el público que se les venían encima en las rampas más criminales de la subida. Atrás Purito Rodríguez pagaba el esfuerzo del Tour, de ayer en Peña Cabarga y el que Dani Moreno y todo su equipo había hecho hoy para decantar al grupo de favoritos. Con lo que le quedaba en las piernas Alejandro Valverde (MOV) también se fajó para defender su cajón en el podio estuvo en algún momento amenazado por el mismo Purito en la subida. "Sabía que iba a subir bien yendo a mi ritmo, pero para progresar necesitaba que fallase alguno de los rivales. No ha ocurrido y por ello hay que estar contentos con este tercer puesto.", dijo el murciano al final. "Llevo en el cuerpo la tranquilidad de haber dado todo lo que tenía. Hay que dar la enhorabuena a Horner: se veía que era el más fuerte y ha estado fenomenal. Nibali también ha estado muy bien, valiente; creo que todos los cuatro hemos dado lo mejor que teníamos."

Horner, a quien tener sillín parece no importarle, finalmente se sentó para hacer el último kilómetro por delante de un exhausto Nibali. La victoria ya se había quedado en las manos de un jovencito que le dio al FDJ su segunda victoria en esta Vuelta y que deja muestra de que la camada francesa está más nutrida que nunca. Ganar una cima como el Angliru deja el nombre de Kenny Elissonde en el anal histórico, pero es Horner quien al cruzar 2º en la etapa se lleva la marquesina como el corredor más veterano en ganar una grande en la historia.

"Nibali estuvo increíble... para mi ganar aquí entre tantos campeones es indescriptible... yo he admirado las carreras de Nibali, de Valverde... sé lo espectaculares que son estos corredores. Yo he sido en algún momento compañero de equipo de Joaquim Rodriguez. Lo he visto crecer, evolucionar y convertirse en un gran campeón. Tenerlos a mi alrededor en esta Vuelta ha sido maravilloso", dijo un emocionado Horner al cierre.

"Seguro que la afición estuvo en el filo de su sillas al ver tantos ataques de Nibali, fue algo emocionante... de ver cada pedalazo que tuve que dar para regresar con él". Y sin modestia alguna hizo la afirmación más contundente de la jornada: "Yo creo que los aficionados que vieron la batalla hoy tuvieron la oportunidad de presenciar algo que creo que nunca que se pueda repetir otra vez en la historia del ciclismo. Espero que todos hayan disfrutado cada pedalazo que di del inicio al cierre de la Vuelta de la misma manera que yo lo hice. Chiquito pudo".

El que se precie de tenerle un poquito de cariño hoy debe haber tenido la piel de gallina. Uno de los recorridos más difíciles en una grande ha sido implacable con los mejores y los ha dejado vacíos, pero a nosotros nos ha dejado llena la memoria y el corazón.

Aunque en esta etapa los nuestros no pudieron dejarse sentir llegaron todos a meta y son parte de los 144 que terminarán la Vuelta. El análisis los tendremos mañana.

Clasificación general latinoamericanos: 27º Urán a 57:52", 28º Henao a 58:42", 57º Sarmiento a 2hr 07:58", 105º Anacona 3h 30:36", 120º Ferrari a 4h 05:33", 126º Betancur a 4h 14:27", 139º Haedo 4h 28:24", 141º Richeze a 4h 31:01".