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Vigilantes al borde del abismo

Los Vigilantes de Texas están al borde del precipicio y ahora luchan contra el tiempo para tratar de evitar un colapso de proporciones catastróficas.

Cuando queda una semana exacta del calendario regular, los Rangers están a punto de quedar fuera de la postemporada, luego de pasar casi toda la campaña o de líderes de la división Oeste de la Liga Americana o de puntero entre los aspirantes a los comodines.

Tras la desastrosa temporada de los Angelinos de Los Angeles, sobre todo en la primera mitad de la contienda, la batalla en el Oeste quedó sólo entre Texas y los Atléticos de Oakland.

Pero era tal el paso que llevaban ambos conjuntos al finalizar agosto que era casi imposible verlos fuera de los playoffs, más allá de la manera en que entraran.

Entonces los Rangers exhibían balance de 79-56, 23 juegos por encima de la marca de los .500.

Pero septiembre ha sido desastroso, con 15 derrotas en 20 partidos, por lo que ahora mismo estarían fuera de los playoffs, cuando le quedan siete choques por jugar.

El pitcheo abridor se ha desmoronado, con 11 de las 15 derrotas repartidas entre Yu Darvish, Derek Holland, Matt Garza y Martín Pérez.

En una movida desesperada, el manager Ron Washington movió a la rotación a Alexi Ogando, pero a pesar de sus buenas actuaciones, este no ha recibido el apoyo ofensivo de sus compañeros.

Mientras, Adrián Beltré, principal artillero del conjunto tejano, de pronto ha perdido la fuerza y apenas ha disparado tres dobletes como únicos extrabases en lo que va de mes, con sólo seis carreras impulsadas.

Si la campaña terminara ahora mismo, los comodines del joven circuito serían los Rays de Tampa Bay y los Indios de Cleveland, pero todavía queda una semana para que los Rangers se aferren a las esperanzas.

Los Rays (86-69) tienen pendientes cuatro partidos durísimos, uno ante los Orioles de Baltimore y tres contra los Yankees de Nueva York, equipos que aún tienen posibilidades matemáticas de incluirse en la postemporada.

Y por muy matemáticas y poco realistas que sean, tanto Orioles como Yankees deben dar pelea hasta el último momento antes de exhalar su último suspiro.

Tampa Bay cierra entonces el calendario ante los sotaneros Azulejos de Toronto, cada vez más desarticulados por las ausencias de sus artilleros fundamentales Edwin Encarnación y José Bautista.

Por su parte, Cleveland (86-70), tiene por delante seis encuentros ante equipos con récord perdedor. Primero le toca a la tropa de Terry Francona dos partidos contra los Medias Blancas de Chicago (61-94) y luego cuatro frente a los Mellizos de Minnesota (65-90).

Sin que ello resulte una garantía, los Indios parecen tener el camino más despejado hacia la postemporada.

Es entonces que Texas debe aprovechar sus tres partidos de lunes, martes y miércoles ante sus vecinos Astros de Houston, que ostentan el peor récord de todas las Grandes Ligas (51-105), antes de concluir el calendario con cuatro desafíos versus los Angelinos, quienes, para mala suerte de los Rangers, han esperado hasta septiembre para jugar su mejor béisbol, con balance de 14-7.

Hay equipos que se ganan con su historia malas etiquetas, como aquellos poderosos Bravos de Atlanta de Bobby Cox de los años 90, incapaces de superar -salvo en 1995- el nerviosismo y la adrenalina de los momentos claves.

Según lo visto en los últimos años, los Rangers de Texas son los Bravos de estos tiempos.