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Cabrera por su segundo premio en fila

El venezolano Miguel Cabrera ganó en el 2012 la Triple Corona y aún así, hubo quien se atrevió a cuestionar si merecía o no el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

El debate entre los especialistas se polarizó tanto o más que el de demócratas y republicanos en torno al Obamacare, aunque al final, la votación lo favoreció amplísimamente sobre Mike Trout, el preferido de los sabermétricos.

En esta ocasión, aunque no consiguió repetir la hazaña de liderar en promedio de bateo, jonrones y carreras impulsadas, las cosas parecen más fáciles para la selección de Cabrera, con todo y que Trout vuelve a estar entre los aspirantes, junto al toletero de los Orioles de Baltimore Orioles , Chris Davis.

Ya sus colegas de profesión eligieron al venezolano como el mejor pelotero del 2013. Si ellos, que disfrutan de su juego en los Tigres de Detroit Tigers o sufren sus batazos en los otros 29 equipos, lo eligieron, ¿por qué no lo haría la prensa?

Cabrera logró en el 2013 su tercer título de bateo consecutivo y tuvo que batallar contra lesiones que limitaron su tiempo de juego a 148 partidos.

Aún así, sus números fueron mejores que en el 2012, cuando se agenció la Triple Corona.

Hace un año, el venezolano jugó en 161 de los 162 partidos del calendario regular, en los que bateó para .330, con 44 jonrones y 139 carreras impulsadas. Su promedio de slugging fue también el mejor del joven circuito, con .606 y su OPS llegó a .999.

Esta vez, en13 partidos menos, su average fue de .348, el más alto de toda su carrera, también despachó 44 bambinazos y remolcó 137 carreras, apenas dos menos que en el 2012.

Encabezó la Liga Americana en slugging (.363), promedio de embasamiento (.442) y OPS (1.087), todos ellos números superiores a los de su campaña de Triple Corona.

Davis fue su obstáculo en la consecución de esa hazaña en el 2013, al liderar los cuadrangulares, con 53, y las empujadas, con 138, convirtiéndose en una para muchos, sospechosa revelación, con 20 vuelacercas y 53 impulsadas más que en la campaña precedente.

Y Trout poco a poco sigue consolidándose como uno de los peloteros más completos de todas las Grandes Ligas, pero esta vez parece amenazar menos aún el dominio del venezolano.

El jardinero de los Angelinos mejoró algunos números en comparación con el 2012, cuando ganó el Novato del Año, pero bajó en otros, como las carreras anotadas, de 129 en el 2012 a 109 en el 2013, los jonrones, de 30 a 27, las bases robadas, de 49 a 33, el average, de .326 a .323 y el promedio de slugging, de 564 a .557, aunque en estos dos guarismos los descensos no fueron significativos.

Además, ni los jonrones e impulsadas de Davis o las cifras estables de Trout lograron darle a sus respectivos equipos el empujón suficiente para llegar a la postemporada.

Dudo mucho que sin Miguel Cabrera Detroit hubiera podido llegar a los playoffs. Si eso no es ser valioso, que alguien venga y lo explique.

Cerrada la lucha McCutchen vs Yadier

En la Liga Nacional, la lucha parece más cerrada entre el puertorriqueño Yadier Molina, de los St. Louis Cardinals, Andrew McCutchen, de los Pittsburgh Pirates, y Paul Goldschmidt, de los Arizona Diamondbacks.

Goldschmidt fue líder en jonrones (36), impulsadas (125), slugging (.551) y OPS (.952), pero sus números apenas le alcanzaron a los Diamondbacks para jugar justo para .500, con balance de 81-81.

La batalla se presenta entre Molina y McCutchen, quienes tienen el plus de haber sido fundamentales en el avance de San Luis y Pittsburgh a la postemporada.

A simple vista, los números de McCutchen son superiores que los de Yadier en casi todos los departamentos ofensivos.

El de los Piratas bateó para .317, con 185 hits, 38 dobletes, cinco triples, 21 cuadrangulares, 97 carreras anotadas, 84 impulsadas, 27 bases robadas, promedio de embasamiento de .404, slugging de .540 y OPS de .911.

El boricua lo hizo para .319, con 161 imparables, 44 biangulares, cero triples, 12 vuelacercas, 68 anotadas, 80 remolques, tres estafas, OBP de .359, slugging de .477 y OPS de .836.

Hasta ahí las cosas favorecen a McCutchen, pero es aquí donde entran a jugar intangibles que no siempre pueden ser medidos por las estadísticas.

El valor de Molina se multiplica cuando se calza los arreos y se sienta detrás del plato.

Su maestría indiscutible ya le hizo ganar este año su sexto Guante de Oro consecutivo, ratificándose como el mejor de su posición en todo el béisbol.

Y eso hizo crecer el joven pitcheo de los Cardenales, que este año no pudieron contar con el lesionado Chris Carpenter y perdieron desde mayo al mexicano Jaime García.

Con Wainwright como gran figura del staff, Molina se encargó de guiar con acierto a jóvenes abridores como Lance Lynn, Shelby Miller, Michael Wacha y Joe Kelly, así como a los apagafuegos Carlos Martínez y Trevor Rosenthal.

Pero está por verse si los votantes de la BBWAA se inclinan por los números fríos o por ese valor real que no siempre se mide en cifras.