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12 días: Provodnikov vs Pacquiao

Ruslan Provodnikov fue por mucho tiempo sparring de Manny Pacquiao Doug Pensinger/Getty Images

En el espíritu de las festividades, ESPN celebra las fiestas con nuestro propio listado de deseos de los "12 días de Navidad" de las peleas que nos interesaría ver, sin importar dificultades entre promotores u otras situaciones. Manténgase atento en los próximos días para que vea nuevas peleas, discutir nuestras selecciones o recomendar las suyas a través de #BoxeoESPN.

El 26 de junio de 1891, dos púgiles vestidos incongruentemente con smokings, pelearon en una exhibición realizada en el escenario del Bush Street Theater de San Francisco. Uno era el campeón completo John L. Sullivan y el otro era el presuntuoso contendiente Jim Corbett.

Se suponía que era una sesión amistosa de sparring, pero Corbett tenía un motivo oculto. Él estaba en una misión de exploración, preparándose para una anhelada oportunidad por el campeonato, y descubrió que él fácilmente podía hacer fintas ante un Sullivan torpe, evadir sus swings, y básicamente conectar sus propios golpes a placer.

Poco más de un año después, Corbett noqueó a Sullivan para ganar el campeonato.

Es difícil saber qué tanto ha aprendido Ruslan Provodnikov durante docenas de rounds de sparring con Manny Pacquiao, pero si esta lista de fantasía se convierte en una pelea real, al menos el cañonero ruso sabría bien contra qué se enfrentaría.

Aunque los aficionados casuales probablemente no conozcan más acerca de Provodnikov de lo que sabían acerca de Brandon Ríos, aquellos familiarizados con el "Rocky Siberiano" entienden que lo más probable es que esa sería una pelea emocionante. Aunque no existen garantías en el boxeo, Pacquiao-Provodnikov se acercaría demasiado a algo muy seguro.

Provodnikov solamente conoce una manera de pelear: meterse directamente a la trayectoria de los golpes del rival. Sí, es fácil de impactar, pero hasta el momento ha sido imposible desalentarlo. Su cabeza es sacudida, su rostro se inflama y sus rodillas tiemblan, pero Ruslan sigue atacando, rugiendo inexorablemente hacia adelante en busca de su presa. Y como saben todos aquellos que han visto al peleador de cara redonda, cuando él conecta, duele en verdad.

Sin embargo, Pacquiao no solamente conoce más de una forma de pelear, sino que él actualmente está en el proceso de hacer una transición que todos los peleadores que envejecen deben hacer si quieren prolongar su estancia en la cima. Por supuesto que él no es el mismo Manny Pacquiao. Esa es una expectativa nada realista. En lugar de eso, él está modificando su estilo en una manera que beneficie a un veterano de 35 años con 62 peleas a cuestas.

Con un martillo demoledor como Provodnikov en la otra esquina, la metamorfosis de Pacquiao no pudo llegar en mejor momento. Intentar ser el mismo Pacquiao que destrozó a algunos de los mejores peleadores de su generación pudo resultar desastroso. Provodnikov no es Ríos. Él atacaría con mucha más ferocidad, y no se detendría sino hasta que todo se acabara, a favor o en contra.

Aunque Pacquiao ya no es el artista del knockout que alguna vez fue, su estilo en evolución sigue siendo estéticamente complaciente. Su habilidad para moverse como saeta hacia adentro, conectar y evadir los contraataques agachándose y pivoteando hacia afuera fue impresionante contra Ríos, al igual que la disciplina que mostró apegándose al plan de la pelea en lugar de ir de forma incesante en busca del nocaut. Pero nada de eso detuvo a Manny de lanzar 790 golpes, y conectando 281.

De ninguna forma, esta pelea debe considerarse como un resultado inevitable. Si Provodnikov atrapa a Pacquiao al inicio, de la forma como lo hizo con Bradley, y obliga a Manny al intercambio, podría haber una sorpresa. Freddie Roach, quien entrena a ambos peleadores, dijo que Manny tenía velocidad y combinación de golpes superior, mientras que Ruslan tiene una pegada más fuerte con un solo golpe.

Si, por otra parte, Pacquiao peleara en la misma forma prudente pero activa como lo hizo ante Ríos, él deberá imponerse de manera clara.

Los peleadores que han realizado trabajo de sparring juntos de manera regular, a menudo aprenden a cómo neutralizarse mutuamente, pero me sorprendería si Pacquiao y Provodnikov resultan de esa forma. Pese a las habilidades relativamente refinadas de Manny, no está en la naturaleza de ninguno de los dos el andarse con sigilo. Dos cosas estarían virtualmente aseguradas: habría violencia extrema—y ninguno de los dos boxeadores estaría vistiendo un smoking.