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El año de Messi


El "Balón de Oro" no importa. La mente del futbolista argentino está puesta en el verano. Él sabe que tendrá una gran oportunidad y que no la puede rechazar. Aunque los parámetros de medición del futbolista pudieron haber cambiado --hoy, es más importante estar bien y marcar distancia en un evento de clubes como la Liga de Campeones de Europa-- el Mundial tiene su parte romántica, insustituible e irrechazable. El Mundial sigue marcando a los grandes futbolistas, y Messi lo sabe. Sabe que tiene que mantenerse físicamente apto para poder afrontar la prueba y dar el salto que le ponga por encima incluso de nombres como el de Pelé, Maradona, Cruyff, Beckenbauer y Zidane. El Mundial de sus 26 años promete marcarlo para siempre...

LOS ANGELES, CA.- Cincuenta y nueve días después, Lionel Messi apareció en la cancha del futbol y el 2014, sus matices, sus sueños, sus ambiciones, tomaron otro tipo de rumbo...

El fenomenal jugador argentino está de vuelta, aparentemente recuperado de sus lesiones, fuerte, poderoso y dispuesto a depositar en la cancha la magia y los grandes argumentos técnicos, físicos y mentales que posee. El mundo espera que Messi tenga unos meses maravillosos. Primero, con el Barcelona; demostrando que un equipo de época no pasa de moda de una luna a otra. Y luego, en el verano; en el verano que inmortalizó a Pelé, a Maradona, a Cruyff y a Zidane. A ese nivel de futbol y de futbolista pertenece, sin duda, Lionel Messi.

El año tendrá las pulsaciones de Messi, un jugador que a sus 26 años no solo está en plenitud, también ha ganado todo lo que se puede ganar con su club, ha tenido tardes maravillosas del futbol, de destreza física, anímica y hasta espiritual.

Messi no necesita de otro "Balón de Oro" para demostrar que es el mejor futbolista del mundo. Sus cualidades hablan por sí solas y marcan una diferencia con respecto al resto, así se llame Cristiano Ronaldo y así tenga la calidad suficiente para mantenerse en una competencia. Lo de Messi no es una cuestión de goles, de estadísticas, de títulos. Lo de Messi es un estilo futbolístico, una forma de expresarse en la cancha, un tipo que parece adelantado a su época y que piensa y actúa más rápido que los demás. Eso lo ubica ya en un sitio diferente, elitista, purificado al que muy pocos pueden pertenecer.

Aunque los tiempos han cambiado, aunque los escenarios de medición pueden ser distintos con respecto a otras épocas, el Mundial sigue siendo un sitio sagrado para el futbol y para los futbolistas. Hoy en día, la máxima prueba de un jugador debe ser una competición de clubes, la Liga de Campeones de Europa, donde encontrará el nivel de competitividad y de exigencia más alto del mundo futbolístico. El Mundial tiene su lado romántico, indiscutible e insustituible y ahí es donde Messi tiene que aparecer.

El argentino se lo ha tomado con calma porque sabe de la importancia que es llegar físicamente apto para esa prueba.

El mundo del futbol necesita a Messi y lo necesita sano, sonriente, dispuesto a aportarle a la cancha y a nuestros corazones toda la genialidad de la cual fue dotado. El 2014 promete ser un año fantástico y puede ser, por qué no, el año de Lionel Messi.

@Faitelson_ESPN