El equipo con la nómina más lujosa, más poderosa y más cara del futbol mexicano amaneció este lunes como el sotanero general; solo un punto y un gol a favor en cuatro partido. Contrario a la idea generalizada, a los usos y costumbres del futbol mexicano, la directiva mantiene el proceso del entrenador Ricardo "El Tuca" Ferretti, lo cual no significa que esté bien, ni mal, solo que es diferente en un mundo donde impera la desesperación y el rompimiento de los proyectos. Tigres están dando un ejemplo distinto.
LOS ANGELES, CA.- En Morelia se acabó la paciencia tras cuatro fechas del torneo de Liga y a tan solo 48 horas del inicio de su participación en la Copa Libertadores y en Puebla el tiempo podría estar agotándose para Rubén Omar Romano, pero el mensaje de uno de los equipos que más gasta y que más pasión y presión interna genera parece muy distinto y muy claro.
En plena crisis de cancha, de resultados, de identidad futbolística, el estadio universitario de San Nicolás de los Garza cantaba al final del partido del sábado y de la derrota ante Pumas. Ni una consigna contra los jugadores, contra el entrenador, contra los directivos o al menos nada que haya sido demasiado mediático para notarse. Tigres, quizá el equipo con la nómina más lujosa en todo el futbol mexicano, amaneció este lunes como el último de la tabla general, un equipo que en cuatro partidos solo ha conseguido un punto y un gol a favor.
Contrario a la tendencia que caracteriza al futbol mexicano, en Tigres no parece haber espacio para las dudas, ni siquiera en una semana donde afrontaran lo que es, tal vez, el partido más importante del calendario ante su acérrimo rival de la ciudad: los Rayados del Monterrey. Tigres está o parece estar enfocado en su idea de defender a rajatabla el proyecto y la continuidad de Ricardo "El Tuca" Ferretti. Y eso, en un mundo como el del futbol mexicano, no es que sea bueno o malo, es, simple y sencillamente, distinto.
No es fácil y al mismo tiempo es fácil ser entrenador en México. Los proyectos, los planes a largo plazo no llegan a cumplirse. Los promotores, más que los resultados, están detrás de muchas de las decisiones. Y al final, todo termina siendo una "rueda de la fortuna", que da vueltas y da vueltas pero que siempre enseña las mismas posibilidades.
No hace falta ser un "genio" para entender que Tigres tiene problemas en la cancha. Algunos de sus jugadores parecen bajos de nivel o distraídos y "El Tuca" no logra que su sistema sea entendido y que prevalezca por encima de las carencias, pero ello no significa que su proyecto y propósitos estén agotados. Ello no significa que no pueda encontrar la solución mañana, pasado o dentro de dos o tres fechas y que Tigres vuelva al sitio para el que fue planeado. Ni a los futbolistas de Tigres se les pudo haber olvidado jugar al futbol ni a Ferretti ser el entrenador regular de buenos resultados que marca su historia en el futbol mexicano. La desesperación es lo último que puede abordar a un equipo de futbol.
No entiendo a la gente en Morelia. Se toman el tiempo, los recursos y las acciones para generar un técnico como Carlos Bustos y cuando tienen encima cierta presión o los resultados no llegan, deciden abruptamente cortar el proceso que ellos mismos habían iniciado. Una pena, pero es la historia del futbol mexicano. Lo hemos convertido en política, en modos, en costumbre. Un par de malos resultados y a cortar enseguida la cabeza del entrenador. Vivimos de la falsa creencia que un cambio de técnico borra tu mal presente y te pone en otra perspectiva, cuando la mayor parte de los resultados muestran otro tipo de tendencia.
No sé si Tigres haga bien o haga mal. Si saldrá pronto o no de su crisis. Si "El Tuca" se equivoca o no, pero el ingeniero Rodríguez y su gente lo están haciendo distinto a lo que ha sido el comportamiento histórico del futbol mexicano y eso es suficiente para alentar cierta esperanza.
@Faitelson_ESPN