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Los cañones del Magallanes

Es 31 de enero y el grandeliga Jean Machí todavía está uniformado. Y Juan Carlos Gutiérrez. Y Endy Chávez.

Hace tres días terminó la temporada regular en Venezuela, queda apenas una semana para que se abran los primeros campos de entrenamiento en las mayores y Deolis Guerra suelta el brazo en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia, Eduardo Escobar toma roletazos y Ramón Hernández se pone los aperos para otra práctica.

Es 31 de enero y, por primera vez en ocho años, el campeón del beisbol profesional venezolano no tiene que rebuscar jugadores sin contrato en el beisbol organizado, a fin de completar un equipo y competir en la Serie del Caribe.

"Esta vez tuvimos más tiempo para armar el roster", admite Roberto Ferrari, con la poca voz que le ha dejado el centenar de llamadas telefónicas realizadas en las últimas 48 horas.

Ferrari es integrante del comité deportivo de los Navegantes del Magallanes y uno de los miembros de ese alto mando que condujo a buen puerto la nave.

Los turcos, que el martes celebraron la conquista de su duodécimo título, ganaron el boleto para zarpar a Margarita, sede de la Serie del Caribe. Pero si la final contra los Caribes de Anzoátegui hubiera llegado a siete juegos, este viernes no hubiera habido roster ni práctica ni reposo.

El calendario de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional es poco práctico. Mientras el clásico regional ha ido adelantando su fecha de inauguración, mientras el spring training está cada vez más cerca del primer mes del año, la LVBP continúa diseñando postemporadas que pueden terminar un 30 de enero, a pesar de ni siquiera programa dos días de descanso en sus finales de siete juegos.

Si la serie decisiva hubiera llegado al máximo de encuentros, si la Serie del Caribe no hubiera invitado a Cuba, este Magallanes habría celebrado el jueves, viajado el viernes y debutado el sábado contra México o Puerto Rico, quién sabe con qué peloteros a bordo.

Hace un año, uno de los autobuses que viajaba de Valencia a Caracas, en ruta al aeropuerto internacional de Maiquetía, hizo una parada en Maracay para recoger a un pelotero que acababa de aceptar el envite de asistir a Hermosillo. Así suelen ser las premuras en Venezuela para organizar un periplo al clásico caribeño.

"Magallanes tiene tiempo planteando que es necesario cambiar esta situación", apunta Ferrari. "Al menos esta vez la final terminó temprano y la serie es en Margarita, por eso el equipo es casi el mismo. Tuvimos bastante tiempo para hablar con los jugadores".

Los Tigres de Aragua volaron a Mexicali, en 2009, con una veintena de agentes libres y peloteros con contratos en ligas independientes, salidos de todas las escuadras de la LVBP. Tuvieron la suerte de ser campeones, pero lo hicieron con un rostro totalmente diferente y para sorpresa de sus propios parciales.

La reducida cifra de jugadores considerados refuerzos aquí es ejemplo de este holgado panorama, que recuerda la divisa que se armó para el tope disputado en Valencia y Maracay, ganado por los Leones del Caracas con el concurso de bigleaguers como Alex González y Henry Blanco, en 2006.

Apenas José Pirela, Escobar y Cory Aldridge no defendieron los colores turcos en algún momento de la zafra 2013-2014, entre los bateadores convocados al viaje. El primero es de las Águilas del Zulia. Los dos siguientes, de los Caribes.

Ni siquiera el pitcheo parece sufrir una transformación drástica. A la rotación han decidido incorporarse Tyson Brummett, Wilfredo Boscán y Daryl Thompson, de los Tiburones de La Guaira, Zulia y Anzoátegui, respectivamente. Al bullpen llegan Elvis Araujo, de los rapaces, y Hassán Pena, que terminó con los indígenas en la final.

Son ocho nombres, en total. Apenas. Como en los viejos tiempos, cuando estaba limitado el número de incorporaciones.

Es 31 de enero y los Navegantes practican por segunda vez, antes de zarpar a Margarita. Hace más de una década que esto no ocurría con el campeón venezolano.

"No diría que tenemos un trabuco, pero este equipo puede ser muy competitivo", señala Ferrari.

El bicampeón nacional cuenta con cañones suficientes para intentar la conquista de su tercera Serie del Caribe.

Tuvo suficiente tiempo, por fin, para bruñir sus armas y embarcarlas.