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Notas altas para una Serie histórica

ISLA MARGARITA, Venezuela -- Histórica y exitosa.

Esas dos palabras definen la Serie del Caribe del 2014, que concluyó este sábado en Isla Margarita, Venezuela, con la coronación de los Naranjeros de Hermosillo tras vencer 7-1 a los Indios de Mayagüez en el partido final.

Si alguien dudaba de los progresos de México en el béisbol, lo ocurrido en Isla Margarita despeja cualquier interrogante.

Tres títulos en los últimos cuatro años le quitan para siempre a los equipos mexicanos el cartel de Cenicienta en las Pequeñas Series Mundiales Latinoamericanas.

Para los Naranjeros, como club, es su segunda corona. Para los aztecas es la octava, con lo que quedan solos en el tercer lugar histórico, con una más que Cuba y Venezuela.

Hermosillo fue precisamente el equipo que abrió la senda triunfal para los mexicanos en 1976.

Ya lo había dicho el manager Matías Carrillo al comienzo del torneo: "no venimos a participar nomás. Venimos a refrendar el título que ganaron los Yaquis de Obregón en el 2013".

Y lo cumplió. "Ya tendrán que tomarnos más serio a partir de ahora", señaló tras coronarse.

Asimismo, el evento continuó marcando el renacer del béisbol puertorriqueño, que en menos de un año ha sido finalista del III Clásico Mundial y de esta lid.

La Serie del Caribe del 2014 fue histórica por el regreso en calidad de invitado de Cuba, uno de los países fundadores del torneo, tras una ausencia de 54 años.

Más allá del papel del campeón cubano, Villa Clara, último en la tabla con balance de 1-3, su llegada representó una bocanada de aire fresco a un evento que lo necesitaba a gritos.

No importa que Cuba no haya cubierto las expectativas que despertó. El haberlas despertado ya valió la pena y generó un gran interés en la fanaticada, la prensa y los propios jugadores de todos los equipos.

Ojalá lo de Isla Margarita no haya sido debut y despedida, aunque todo indica que los cubanos estarán en el 2015 en el estadio Hiram Bithorn de San Juan.

Además, histórica también por la implementación de un nuevo sistema de competencia, con semifinales y final.

Ya el año pasado se ensayó algo parecido con el choque decisivo entre México y República Dominicana después de la ronda habitual de todos contra todos.

Pero el sistema que se usó hasta el 2012 tenía el riesgo de aburrir, pues en muchas ocasiones anteriores, el campeón se decidía una o dos fechas antes de terminar el torneo.

Se peleó fuerte cada out en esta Serie del Caribe, que comenzó con abundante ofensiva y terminó con actuaciones monticulares de lujo.

En gran medida, ese desborde en el bateo se debió al débil desempeño de los lanzadores cubanos, que permitieron 26 carreras en sus tres primeros partidos.

Pero a partir de la cuarta jornada del calendario, los serpentineros se adueñaron del torneo.

Para que se tenga una idea de cuánto se batalló en la Serie del Caribe, basta señalar que de los 13 juegos disputados, seis se decidieron por el margen mínimo de una carrera, uno por dos y tres por tres rayas.

En la fase clasificatoria se dispararon 17 cuadrangulares, 11 de ellos en los tres primeros días, mientras que en los partidos semifinales nadie logró sacar la pelota.

Cris Robertson y Sebastián Valle, este último con la casa llena, completaron la cuenta de 19 bambinazos en todo el evento, al pegar uno cada cual en el choque decisivo.

Aplausos para los organizadores del certamen, capaces de resolver los problemas lógicos que surgían cada día.

Isla Margarita pasó el examen con notas altas, al reunir 113 mil 519 personas en las gradas del Estadio Nueva Esparta, cifra récord de asistencia para una Serie del Caribe, con lo que suma puntos para validar sus aspiraciones a ser sede de uno de los grupos del IV Clásico Mundial en el 2017.