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Acapulco espera por Murray

Del 24 de febrero al 1 de marzo, entonces, el Abierto Mexicano se jugará por primera vez sobre cemento. ESPN

ACAPULCO - Es curioso cómo los elementos aislados en esta pequeña historia deportiva mágicamente comienzan a encajar como si fueran piezas de Lego.

Hace un lustro, los organizadores del Abierto Mexicano de Tenis comenzaron las gestiones para que el torneo cambiara de superficie, de clay a hard. Pero había un inconveniente: por aquel entonces, el circuito de la ATP ya tenía su seguidilla de eventos sobre canchas duras en Norteamérica. Y no había espacio para que el Abierto se sumara. Sin embargo, todo cambió en poco más de un año. El certamen que se jugaba en San José bajó la persiana. El torneo de Memphis pasó de ser un ATP 500 a convertirse en un ATP 250, la categoría más baja del tour. Y esos huecos dejados por San José (una semana libre) y Memphis (la necesidad de un nuevo ATP500), a partir de este año los ocupa Acapulco.

Del 24 de febrero al 1 de marzo, entonces, el Abierto Mexicano se jugará por primera vez sobre cemento, abriendo una nueva gira continental que continuará con el Masters 1000 de Indian Wells, en California, y luego con el Sony Open, en Miami. Un sueño hecho realidad para los organizadores, que esperan atraer con este cambio a mejores jugadores al Pacífico mexicano.

La primera estrella en llegar será el escocés Andy Murray. Nunca antes el Abierto había tenido entre sus protagonistas a un ganador de Wimbledon. Y por segunda ocasión consecutiva, Acapulco recibirá a un campeón de Grand Slam reinante, como es el caso del británico, monarca del All England en 2013 (Nadal llegó el año pasado como campeón de Roland Garros 2012). ¿Lo paradójico? Murray ganó su primer torneo ATP hace 8 años, en San José, el torneo que con su desaparición facilitó la llegada de Andy a México. Las vueltas del destino.

"Este cambio nos inserta en un circuito que geográficamente tiene más sentido para los jugadores. Queremos traer tenistas diferentes, con otra calidad, que no hayan estado antes en nuestro país. Como Murray", explica Raúl Zurutuza, director del Abierto. "Yo creo que tomará un par de años para que la gente se acostumbre. Pero el torneo tendrá un repunte y crecerá aún más. Como contraparte, yo creo que el futuro de la arcilla será limitado, y estará acotado a los torneos de abril y mayo en Europa".

Curiosamente, Murray maduró tenísticamente sobre arcilla, y no sobre canchas rápidas como las que pisará este viernes en Acapulco (entrenará en el court central con Grigor Dimitrov, otro de los nombres atractivos de esta edición). A los 15 años, y en busca de mejorar su juego, un Andy adolescente le pidió a su madre irse a Barcelona para entrenar como lo hacía su amigo y rival Rafael Nadal. "Su mudanza a España fue absolutamente crítica, porque llegó a un país que tenía una cultura de éxito en el tenis. Él era un pequeño pez en una gran pecera. Nadie lo conocía", recuerda hoy Judy Murray, mamá y formadora del campeón del US Open 2012.

Su primera visita a Latinoamérica había sido en 2003. En aquel entonces, Andy compitió en la gira junior de COSAT. Estuvo en Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Ganó un torneo en Barranquilla. Y derrotó en Asunción a su ahora co-entrenador e íntimo amigo Dani Vallverdu. Dos años después regresó como profesional, de la mano de William "Pato" Álvarez, el legendario coach colombiano que lo entrenó durante su estadía española. Jugó Challengers y qualies de ATP en Chile. Y le fue mal.

"En tres semanas, ganó solo un partido. Estaba muy deprimido, había perdido su confianza. Pero Pato insistía que era lo correcto", recuerda Judy. "Y luego, a mediados de año, despegó. Le ayudó esa experiencia dura. Y yo entendí que algunos jugadores con talento pueden saltarse etapas, porque es para su beneficio".

Murray y Latinoamérica están entonces conectados en la historia del ahora campeón. Sin embargo, Andy nunca pisó México, país fuerte en la organización de torneos juveniles y profesionales. Hasta ahora.

"Necesito ser muy paciente y no tener altas expectativas", dijo el británico antes del inicio del Australian Open 2014, poniendo así en contexto su regreso al circuito luego de su operación de espalda. Como ocurrió hace un año con Nadal, Andy llegará a Acapulco en un camino de recuperación, tras la inactividad de 4 meses a la que se vio obligado luego de la cirugía. Y como pasó con Rafa, quizás el Abierto Mexicano sea su trampolín para recuperar la forma. E ir por más.

Aquí, el británico competirá sobre superficie preferida, como le pasó a Rafa en 2013. La arcilla que fue testigo de cómo Nadal recuperaba su instinto asesino, dejó paso al plexipave, el nombre técnico de la nueva superficie del Abierto. En este tipo de courts, Murray ganó 20 de sus 28 títulos profesionales, incluido el Abierto de los Estados Unidos. Catorce de esas 20 conquistas se dieron al aire libre, las mismas condiciones que el torneo mexicano. En diez años como profesional, Andy no tiene ningún título o final sobre clay.

Pero el clay, en Acapulco, ya no existe más.

El último campeón de Grand Slam reinante que jugó el Abierto fue Gustavo Kuerten. El brasileño llegó en 2001 al Puerto tras haber ganado Roland Garros 2000. Vino, vio y venció. Meses después, repitió su triunfo en París. ¿Podrá hacerlo ahora Murray? ¿Seguirá el camino de Guga, pero con Wimbledon como destino final? ¿Logrará que el Abierto sea su trampolín a la cima, como lo fue para Nadal en 2005 y 2013? ¿Extenderá esta historia de curiosidades, paradojas y situaciones que se entrelazan?

Eso es lo único que falta para que esta historia tenga el final perfecto. Y para que este Abierto Mexicano de Tenis "versión hard", tenga el mejor de sus inicios. Andy Murray campeón, y de nuevo prendido en la lucha por el número uno del mundo. ¿Por qué no, si suena bien?


Esta nota fue publicada originalmente en la edición de febrero de ESPN Magazine México. Para descargarla de manera gratuita, haga click aquí.