Si el América no está en crisis como jura y perjura Antonio Mohamed, lo estaría después de una derrota ante Pumas. Si Pumas está saliendo de su peor crisis deportiva de la historia y si ha mejorado como lo muestran las estadísticas -3 victorias en los últimos 4 juegos- una derrota ante el América volvería a entorpecer y a retrasar todo. Un duelo de estilos, de modos diferentes de ver la vida, un duelo de canteras, de palpitaciones y de orgullo, un duelo que "saca chispas" en la cancha y en la tribuna...
LOS ANGELES, CA.- Cuentan que cuando el niño de 8 o 9 años llega de la mano del papá y desciende por la larga escalinata de piedras de lava del Pedregal para apuntar a sus hijo en el proyecto de las fuerzas básicas de los Pumas, lo primero que le preguntan al chico es sobre su filiación, su creencia, su pasado futbolístico. Antes de analizar su pierna izquierda, su cabeceo, su carrera en corto, en Pumas, se analiza el corazón del futbolista antes de sus capacidades técnicas o físicas.
Y una de las primeras preguntas es básica, esencial para dibujar el futuro de ese futbolista: ¿Tiene usted algún pasado, algún antecedente que te ligue al América?
Los jugadores de Pumas saben y reconocen desde su formación quién es, cómo viste y cómo deben actuar cuanto tienen enfrente al odiado rival. Por eso creo que aunque el panorama de este sábado dibuje un escenario donde el América parece más obligado, más urgido y más presionado por conseguir el resultado, la camiseta y el espíritu del futbolista de universidad le reclama la misma condición de responsabilidad ante el juego.
Para el América y para Pumas son más que tres puntos. Es un duelo que pasa por honor y el orgullo para los aficionados y es un juego que para los representantes de las dos canteras significa más que ganar o perder condiciones en la tabla.
Entiendo bien que el América no pueda permitirse una derrota en casa, que de darse sería la tercera consecutiva en una época donde el equipo sufre aún por el cambio de entrenador. Y entiendo bien que el América necesita siempre pelear arriba, sentirse poderoso, mandón y gran candidato a ganar el título. El América no se siente contento y cómodo en otro tipo de escenarios y quizás las condiciones o necesidades primarias de Pumas, de acuerdo con lo que ha vivido en la última época, no sean tan estrictas, pero al tratarse del América todo se transforma y se vuelve más y más exagerado.
Si el América no está en crisis como jura y perjura Antonio Mohamed, lo estaría después de una derrota ante Pumas. Si Pumas está saliendo de su peor crisis deportiva de la historia y si ha mejorado como lo muestran las estadísticas -3 victorias en los últimos 4 juegos- una derrota ate el América volvería a entorpecer y a retrasar todo.
El valor del partido es parejo. Los dos se juegan demasiado este sábado en el Estadio Azteca. El valor del partido significa más que ganar o perder, más que tres puntos, más que una ubicación en la tabla. América y Pumas juegan desde hace muchos años con un marcador que se mide en palpitaciones, en energías, en el orgullo, situación que provoca una batalla feroz en la cancha y en las tribunas.
@Faitelson_ESPN