<
>

El entrenador del Twitter y del Facebook

Mexsport

Miguel Herrera podría ser el único de los 32 entrenadores clasificados a la fase final del Campeonato Mundial de futbol que sostiene una comunicación abierta y transparente con los jugadores, los aficionados y los críticos. El entrenador de México está siempre a la disposición para informar, para aclarar, para debatir, para confrontar y eso le da una característica única y sólida en tiempos que exigen que esa comunicación fluya a otra velocidad. Contra todos los intereses que rodean a una selección nacional, Herrera mantiene su estilo, mostrando que su carácter y su forma de pensar está por encima de cualquier imposición.

LOS ANGELES, CA.- Los viejos entrenadores hablaban poco. Un par de palabras mientras mantenían un semblante serio, introspectivo y tímido y reservado que les otorgaba "el poder" que buscaban sobre el grupo que dirigían, sobre los aficionados y obviamente sobre el periodismo. Los viejos entrenadores pensaban mucho y decían poco...

A las 6 de la mañana, su voz puede escucharse a través de las ondas hertzianas en un programa exclusivo de temas deportivos. Quince minutos más tarde, corre, para acudir a la cita de una emisión de televisión que trata de noticias generales. A media mañana, está en el programa dedicado a las mujeres. Responde los twitters de sus seguidores, participa en concursos donde los chicos tratan de imitar sus gestos en la cancha. Graba un anuncio de televisión de un antiácido para el estómago y por la tarde-noche atiende un par de citas con una televisora de habla hispana de los Estados Unidos y otra más de Costa Rica. Responde preguntas en el cuarto del hotel, en la banqueta, en el auto, en el desayunador o hasta en la regadera.

A la hora que sea, en el momento que parece menos oportuno, bajo presión o sin ella, en el triunfo o en la derrota, con sol o con nubes, en frio o en caliente, él siempre parece estar ahí. Y en una época que exige que la comunicación fluya, en tiempos donde se vive a la velocidad de las redes sociales, donde la retroalimentación es casi una necesidad urgente, el futbol mexicano se encontró con la persona adecuada.

Miguel Herrera podía ser el único de los 32 entrenadores que dirigirán selecciones en la fase final del campeonato mundial del futbol que tiene un número a disposición, un celular para responder y afrontar cualquier declaración alrededor del futbol mexicano.

Parecía difícil que eso ocurriera cuando hace casi tres años tomo las riendas del América. Lo mantuvo, a pesar de todo. Y parecía aún más difícil que pudiera mantener esa costumbre o política cuando de forma intempestiva cayo en la banca de la selección nacional conociendo y reconociendo los intereses que tiene la selección. Lo hizo, lo ha hecho, supongo, a pesar de las presiones y las recomendaciones de que se "cuide" un poco más.

Miguel Herrera ganó adeptos en la cancha encabezando a un equipo campeón, pero se ha encargado de ganar "puntos" fuera de la cancha manteniendo un comportamiento abierto, frontal, transparente ante los aficionados , antes los medios de comunicación y antes sus propios críticos.

La única "noche triste" de su carrera en cuanto a esa comunicación abierta, franca y oportuna ocurrió apenas en diciembre del año pasado, cuando tras perder la final ante el León, también perdió la cabeza ante los medios. Miguel Herrera tuvo que haber aprendido a partir de aquella jornada para lo que podría suceder en el futuro, sobre todo en un Mundial, donde México será exigido y donde la vitrina a la que estará expuesto será mucho más profunda y mediática.

Pero México, el México futbolístico y hasta el no tan apegado al futbol, parece contento con el entrenador que tiene. Un Miguel Herrera que comunica, que confronta, que responde, un Miguel Herrera adaptado a los nuevos tiempos de la comunicación, que se da espacio para tomar decisiones, para explicarlas, para justificarlas y para afrontarlas y para debatirlas.

@Faitelson_ESPN