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Robinson Canó y su nuevo reto en Seattle

Robinson Canó prefiere no hablar del proceso de negociación con los Yankees. Getty Images

PEORIA, ARIZONA -- Como dirían en la República Dominicana: ¡Es duro!... ¡No´ ta´ fácil!

Muchas frases se pueden conjugar para describir el principio de la era de Robinson Cano con los Marineros de Seattle, el club con el cual firmó durante el receso de temporada por diez años y $240 millones a sus treinta y un años de edad.

Este contrato ubica al nativo de San Pedro de Macorís entre los mejores diez salarios para la venidera temporada, el octavo para ser específico junto con Cliff Lee, Albert Pujols y Cole Hamels, lo cual sería un motivo de suma esperanza para él y para su nuevo equipo a simple vista.

Nuevo comienzo, nueva etapa. El problema es que esta etapa es demasiado extremista y hasta antagónica. Es un cambio del cielo a la tierra y en este béisbol es difícil encontrar una lógica evidente en un caso como este donde un club con pocas expectativas competitivas se hace de los servicios de uno de los agentes libres más cotizados.

Una gran inversión con un camino cuesta arriba para cristalizar. Ese es el reto.

Cano pasó de ser el heredero de la tradición de las leyendas de los New York Yankees que jugaron a su lado en las ultimas nueve temporadas como Derek Jeter, Jorge Posada, Andy Pettite y Mariano Rivera, con el agregado simbolismo innegable que representan los bombarderos y su sostenida competitividad en esta era que se remonta a 1995, a ser el líder en el terreno de un equipo muy joven, con pocas expectativas reales para competir por su división.

Un movimiento totalmente inesperado en el mundo del béisbol. Que impactó incluso al propio Canó.

A punto de saltar al terreno por primera vez con un uniforme distinto confiesa que durante las negociaciones no estaba planteada su salida de los Yankees. "En realidad nunca me pasó por la mente (salir de los Yankees)" explica con reserva. "Pero ya cuando se fue dando el proceso si dije... que no era".

Realmente era impensable. Pero... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Dónde estuvo el punto donde ninguna de las partes cedió para conseguir una situación ganar-ganar¨?

"Ya hoy prefiero no hablar de eso y mirar hacia adelante. La realidad es que soy un Marinero y es aquí donde tengo que concentrar mi esfuerzo" dice el intermedista.

El pasado 13 de diciembre tras la presentación oficial del nuevo contrato con los navegantes Canó dio sus razones con claridad: "Buscaba un contrato que me permitiera jugar y enfocarme en el juego sin tener que estar a mis 37 o 38 años de edad preguntándome donde iría a jugar? ¿Quién me daría trabajo?"

"Los Marineros me brindaron esa oportunidad" agregó. "No sentí el respeto ni el esfuerzo por parte de los Yankees" dijo en esa ocasión a ESPN al referirse sobre el esfuerzo que hizo la gerencia del Bronx por mantener sus servicios.

La firma del contrato hoy está en el pasado y lo que importa es el inicio con el nuevo club. Nueva ciudad, nuevos compañeros, nuevos colores, nuevo clima, nuevo horario. Todo es nuevo.

Confiesa que el inicio es complicado y aún está en el proceso de adaptación. "Ha sido un poco difícil porque yo tenía todo arreglado en Tampa, mi apartamento y todo. Pero tú te adaptas. Es como cuando te mudas a un barrio nuevo. Pero de verdad me siento contento de la manera como me han recibido y me gusta la manera como se lleva todo el mundo aquí".

En su paso por las mayores el dominicano ha estado en equipos competitivos junto con leyendas del juego. En ocasiones ha estado en el ojo del huracán como cualquier elemento que ose jugar en Nueva York ante la implacable atención mediática.

Aquí nada de eso está presente. No hay leyendas a su alrededor, no hay miles de lentes de cámaras capturando cada movimiento, sólo sobran jugadores que buscan mantenerse en el club grande todo el año. Esto pone en riesgo la capacidad real de competir en una división tan apretada junto a Oakland, Angelinos y Vigilantes.

"El ambiente es mejor de lo que pensaba, este es un equipo con mucho talento joven y ahora escogieron a Rodney, Corey Hart, Logan Morrison. Antes era solamente muchachos jóvenes que apuntaban al futuro, pero ahora hay un equipo que puede competir" expresa.

Si en algún momento de debatió la capacidad de liderazgo del dominicano en un club, no hay muchas opciones para el rol de llevar las riendas del clubhouse. Debe ser el capitán "no oficial" de los Marineros. El líder natural de un club en reconstrucción.

"Estoy preparado para eso y aparte llevar el liderazgo fuera del terreno, hacer el ejemplo, hacer el trabajo y poner esos números para que los muchachos jóvenes te sigan".

El camino será largo y quizás pedregoso. Apenas es el inicio de una década de uno de los mejores peloteros en las Grandes Ligas con la responsabilidad de comandar al único equipo en la Liga Americana que nunca ha jugado en la Serie Mundial.

Y eso sí que es un reto.