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El sanguinario mundo del boxeo

No había polémica el sábado por la noche en el Garden luego de que el réferi decidió detener la golpiza que Saúl "El Canelo" Alvarez le estaba propiciando a Alfredo "El Perro" Angulo. Donde sí que había espacio para la controversia es en la determinación y el convencimiento -para algunos- de que "El Perro" era verdaderamente un rival que podía presionar al "Canelo". Esa fue una mentira, rotunda y poderosa que al final nos condujo a un escenario que parecía más cercano a un "circo romano" que a una actividad deportiva.

LOS ANGELES, CA.- Gritos, ademanes, reclamaciones, voces enardecidas, insultos y algunos que tiraban vasos y botellas de plástico hacia el cuadrilátero. El ambiente encendido y enardecido hacia el final de la noche en el Grand Garden de Las Vegas se asemejaba más a un "circo romano" que a una función de boxeo, pero tal parece que hemos llegado a una situación donde el aficionado al boxeo ++si es que existe ese término++ no sale satisfecho si no sacia totalmente su espíritu sanguinario de ser testigo de cómo un ser humano destroza, materialmente, a otro ser humano.

Vamos al boxeo a ver sangre, a sufrir, a entrar en ese dramático paraje en el que un hombre, que puede ser un hijo, esposo o padre, entra al ring y no sabe si saldrá de ahí para terminar en el hospital atado a un respirador artificial en la sala de terapia intensiva. Resulta que vamos a un escenario deportivo para gozar mientras dos tipos se tiran de golpes y buscan sobrevivir a la jornada.

No, y quede bien claro y clarito el "no", no había polémica alguna en la manera en la cual el réferi detuvo la pelea entre Saúl "El Canelo" Alvarez y Alfredo "El Perro" Angulo. No existía, como no existía la posibilidad de que Angulo fuese un rival de cuidado o de peligro para atentar contra la carrera del joven y poderoso "Canelo".

Más allá de la voracidad del ser humano por la violencia extrema esta también el "round de los intereses" a los que siempre parece atado este deporte. ¿Quién, cómo, por qué se permitió que un rival como Alfredo Angulo fuese el elegido para medir los tamaños de una figura emergente del boxeo mexicano como Saúl Álvarez?

Aquí hay una realidad: "El Perro" Angulo jamás fue un rival para "El Canelo". Y no lo fue porque más allá de su actuación ++que para muchos incluso rayo en lo sospechosa sobre el ring++ es un boxeador limitado, con pocos argumentos técnicos, con poca inteligencia para defender, para atacar y para disparar golpes. Es un boxeador más, cuyo musculo principal siempre fue el corazón. El sábado su corazón ++su corazón boxístico++ dejo de latir y entonces "El Perro" admitía impacto tras impacto en una tremenda golpiza sin la capacidad de defenderse.

Me preocupan dos cosas. Primero: que la gente se permita ser engañada. Van a la arena, compran el pague por evento o encienden la televisión porque alguien nos dijo o nos vendió la idea de que "El Perro" es un rival de cuidado para "El Canelo". Mentira rotunda. Jamás lo fue ni lo será. Y dos, quizá la más importante de todas: el ser humano debe humanizarse y no hablo solo de lo que pasó el sábado alrededor de un cuadrilítero de boxeo. Hablo de lo que pasa en nuestro acontecer diario, donde enaltecemos un mundo de violencia, donde parecemos disfrutar de la destrucción de nuestro semejante, donde queremos sangre y pagamos por ver sangre.


@Faitelson_ESPN