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Cuba: Una disyuntiva inversamente proporcional

GLENDALE, ARIZONA -- La llegada de Aroldis Chapman marcó el antes y después en la nueva ola de cubanos en las mayores cuando en 2009 firmó el contrato más alto para un agente libre de su país de $30.25 millones por seis temporadas.

Quizás el mayor impacto de su rúbrica no fue la cantidad del contrato, sino lo que representó para la pelota antillana la pérdida de su más grande prospecto, de su mejor lanzador, la mejor promesa y el relevo generacional de su nivel de juego.

¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos siempre de "nivel de juego" con respecto a cualquier sistema nacional de béisbol?

Simple. Es la referencia natural de cómo se evalúa subjetiva y analíticamente la calidad y los resultados en competiciones internacionales, el alcance y dominio de sus jugadores en niveles superlativos del deporte y su estructura interna de desarrollo.

En estos términos no hay que ser un gran experto para entender que la pelota cubana carece del nivel que alguna vez mostró en una época dorada de producción de talento para las mayores y de intercambio abierto con el béisbol profesional internacional. Tras la reestructuración que execró el profesionalismo en el deporte adoptando el amateurismo como base, Cuba se sumergió en una involución de su pelota que ha tocado fondo en nuestros días.

A pesar de que aún sigan produciendo talento con calidad para jugar en las Grandes Ligas, el desespero de los jugadores por salir de la isla para lograr contratos lucrativos en las mayores es evidente. Esta situación sumada a la falta de fogueo de alto nivel internacional de los jugadores que permanecen y los pocos recursos para el desarrollo de nuevos atletas ha golpeado la evolución de la pelota local, siendo el mayor problema la imposibilidad que tienen los jugadores que militan en los Estados Unidos de regresar a la isla bien sea para reforzar los equipos de la liga local o participar con selecciones nacionales.

Es como una fórmula matemática inversamente proporcional: A mayor cantidad de jugadores en las mayores, menor es el nivel de juego de la pelota de Cuba.

Entre el 2000 y 2008, veintidós nativos de Cuba escaparon de la isla y firmaron como agentes libres de los cuales dieciséis lograron debutar en las mayores. Desde el 2009 ya son veintinueve los que han logrado firmar un contrato con una organización de Grandes Ligas tras su salida, de los cuales siete ya se han estrenado en las mayores.

Es decir, en los últimos trece años, más de cincuenta de los mejores peloteros del béisbol cubano han abandonado la isla para buscar una carrera en las mayores. Y mientras las actuaciones de estos jugadores en las mayores cada vez es más notoria, los resultados internacionales para Cuba merman.

Desde que el equipo nacional perdió la final ante Japón en el Clásico Mundial del 2006 los resultados han sido casi nulos. Incluso en la última edición de la Copa Mundial IBAF, evento que dominaron ampliamente, cayeron ante Holanda en el 2011.

El más reciente desplante, y quizás el más fuerte, fue el regreso a la Serie del Caribe donde el club Villa Clara se midió a los campeones de las tradicionales ligas invernales terminando no sólo último pero mostrando en el terreno de juego una muy pobre actuación en el dominio de sus lanzadores, pobre defensiva y un nivel más bajo en la ofensiva. Esto por parte del "mejor" club de la intrigante Serie Nacional cubana.

"Definitivamente el béisbol cubano está en crisis" opina Yasiel Puig, el jardinero de los Dodgers que irrumpió en las mayores el pasado 3 de junio y que con su chispa, talento y explosión ofensiva guio al club hacia la postemporada siendo una de las mayores atracciones de la campaña y manteniendo una gran expectativa para la venidera zafra. "Los mejores peloteros de Cuba nos hemos venido para acá a buscar mejores oportunidades y eso ha dejado a la liga de allá con menor talento" agrega.

"Hay que estar en la posición de nosotros los cubanos para entender por las cosas que pasamos y por qué tomamos la decisión de salir de Cuba" dice el campo corto de los Medias Blancas Alexei Ramírez, quien ya suma más de 900 partidos en las mayores. "Mi mayor deseo es poder regresar a Cuba para poder representar a mi país, dejando aparte la política y todos esos problemas. Yo quiero regresar y poder jugar allá y eso sería una gran ayuda para los muchachos por lo que puedo transmitir de lo que he aprendido aquí en este, el mejor béisbol del mundo. Pero mientras las cosas sigan así no se puede y eso es triste".

Ese hermetismo producido por las situaciones políticas internas de Cuba prohíbe el regreso de los jugadores o "desertores" como son calificados quienes osan buscar un mejor rumbo para su carreras.

El periodista Héctor Antón de El Diario de Cuba resume en una frase la realidad del deporte cubano: "El deporte aficionado como estratagema política sucumbió. En el camino quedaron muchos atletas, pero son más los que se preparan para desafiar el nuevo futuro."

La fuga de talento ya no sólo incluye a las jóvenes promesas sino también a peloteros establecidos que convencen a los equipos de liga mayor que tienen la capacidad de pertenecer a un selecto róster de 25, a pesar de los pocos recursos y accesos para evaluar peloteros y determinar una proyección real de su rendimiento. Los Medias Blancas apostaron por el veterano inicialista de diez temporadas en la Serie Nacional José Dariel Abreu, quien a sus 27 años pactó por seis temporadas y $68 millones de dólares, estableciendo el mayor contrato en la historia para un jugador de posición en calidad de agente libre internacional.

"La presión existe por un contrato así" confiesa Abreu aún deslumbrado por las impecables instalaciones de la base primaveral de los Medias Blancas en Glendale, Arizona. "Uno como humano tiene la capacidad de controlarla. Hay muchas herramientas que tenemos aquí para adaptarse a este nivel como los videos y la forma de estudiar a los lanzadores y a todo lo que pasa en la liga. Yo soy un estudioso del béisbol y se me ha hecho fácil adaptarme a este nivel porque desde hace tiempo ya veía lo que pasa aquí en las Grandes Ligas".

Abreu conectó 184 cuadrangulares en 799 juegos en las diez campañas con los Elefantes de Cienfuegos, incluyendo los 37 que despachó en la 2010-2011 cuando estableció la marca en una temporada y se alzó con el premio al Jugador Más Valioso. Su promedio de por vida quedó en .342 y .457 de porcentaje en base.

"Es una gran suma para nuestro equipo. Es un jugador especial que será capaz de adaptarse rápido a este béisbol por su inteligencia" dice Ramírez, quien hoy funge como su mentor y guía en el club. "Nosotros los cubanos no podemos darnos el lujo de esperar a ver como es una transición a este béisbol, sino que es algo que hay que hacerlo rápido, pues el equipo espera la producción inmediata y en eso vamos a trabajar para que José ayude al equipo y sea exitoso." agrega.

A Abreu por su parte le sorprende la gran calidad de jugadores en el equipo. Entiende que a pesar de su contrato existe una fuerte competencia por la posición. Con mucha madurez asume que no hay nada por seguro y debe vivir al ritmo de lo que de él se espera en la ciudad de los vientos. "Me asombra la competencia que hay y por eso hay que producir" afirma.

Y mientras más jugadores de este calibre continúan labrando su camino en las mayores y demostrando ante el mundo del deporte su lugar entre los mejores, más jugadores continúan en Cuba con las ganas de seguir sus pasos. Irónicamente y por cuestiones de la vida, el mayor anhelo tras alcanzar las metas profesionales es el regreso, el volver a la familia, las costumbres, a sembrar tras lo obtenido.

"Hay que sentarse y hablar" dice un tajante Ramírez, quien asume un liderazgo en las voces de los peloteros cubanos en las mayores. "Tengo la esperanza que en un futuro podremos regresar".

Y ese regreso el punto que marcaría el inicio de la evolución para la desgastada y tradicional pelota de Cuba.

Béisbol Esta Noche -- Especial de Entrenamientos Primaverales

Esta y otras historias serán tocadas a fondo en el programa especial de Béisbol Esta Noche de los Entrenamientos Primaverales con la conducción de Carolina Guillén y Candy Maldonado, además de comentarios de Ernesto Jerez y Fernando Álvarez y la presentación de reportajes especiales por parte de Enrique Rojas y Guillermo Celis.

Por ESPN Deportes lo podrás ver el 23 de marzo a las 9:00 pm Este y 6:00 pm Pacífico.

El show es un preámbulo a la temporada 2014 que comienza por las cadenas de ESPN el domingo 30 de marzo con Béisbol Esta Noche como previo al partido entre los Dodgers de Los Ángeles y los Padres de San Diego.