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Una Liga para cualquiera

BRISTOL -- Me resisto a creer que el fútbol es sólo aquello que conozco desde que empecé a interpretar y razonar este juego. Conciente de la dimensión de todo aquello que pasó antes y que ha sido mucho y muy importante, también creo que no hubo antes un duelo que supere a los Real Madrid-Barcelona de nuestra época. Los dos mejores jugadores del planeta en la última década frente a frente, al menos dos veces por temporada. El alcance de este partido, potenciado por los medios de la actualidad, lo hacen un encuentro universal. Significativo incluso para quien el fútbol no es relevante. El resto que lo ha visto como lo más importante de las cosas menos importantes de su vida, sabe lo que ha determinado el partido de hoy: hay Liga para el Barcelona y el Atlético es el líder de ella.

Carlo Ancelotti adelantó el martes que su formación la conocían todos. Esto es lo que ha ganado el italiano en el proceso de consolidación de una intención de juego. El reconocimiento de quienes conforman su mejor equipo. Al Tata Martino le ha costado gestionar desde un lugar tan esencial como la definición del equipo. Las rotaciones sistemáticas no cuajaron desde el inicio con los sagrados del equipo, que toleraron sólo en espera de que la costumbre lidiara con el tema. El problema se ve ahora, cuando para el partido que define la continuidad del Barcelona en la Liga, las dudas sobre la formación profundizan las dudas sobre la ejecución de una idea que tampoco había sido constante.

Entre un mar de banderas blancas entraron a un campo rápidamente silenciado por la memoria del ex presidente español Adolfo Suárez. En el entendido que serían importantes, Messi y Neymar se saludaron efusivamente antes de arrancar. En el campo Messi le habló con la pelota, para dejarlo contra Diego López que se quedó con un flojo disparo. Messi de nuevo ahora en una charla rica de fútbol con Iniesta. Leo Messi acaparó atención por el medio y Andrés Iniesta que arrancó por la derecha, recibió con mucho espacio para pegarle con la zurda, sí de zurda, y metió el primero del partido.

Real Madrid a lo largo hacía más pero no era mejor. No conducir con Bale ni Benzema. Llegó Di María para esa tarea desde segunda línea, se encargó de repartir y así le sirvió una a Benzema que terminó en la tribuna. Di María de nuevo enchufado a otro voltaje centró desde la izquierda para Benzema, que mucho no necesitó saltar para superar a Mascherano. Un par de minutos después, Di María de nuevo y Mascherano otra vez servicial. Ahora para errar en el rechazo, Benzema recibió y se acomodó para vencer a Valdés. El triplete se lo quitó Piqué en la línea y significó mucho al final del partido. Di María insinuó fundirse pero sólo fue un susto para que siguiera el que fue el terror blanco en el primer tiempo.

Superado el vibrante arranque, el partido se metió en el lugar esperado, con más pausas que dinamismo. También los jugadores leen los periódicos y miran la tele. Ese repetido lugar común que tanto daño le hace a los juegos entre grandes rivales: "los clásicos no se juegan, se ganan". Olvidándose de jugar, preocupados por cortar el juego, la intensidad se adueña peligrosamente del protagonismo y va ensombreciendo el juego. Cuando determinaron que era momento de hacer correr la pelota, el Barcelona subió a los laterales y se pareció mucho a su mejor versión. En la consolidación de ese juego Messi se inventó una línea de pase a Neymar y anticipó el rebote que después convirtió en gol. Messi 234 goles igualando a Hugo Sánchez como el extranjero con mas goles en la Liga.

Era uno de los mejores Clásicos de los últimos tiempos y Cristiano tuvo poco que ver en ello. Tardó en aparecer. 53 minutos para ser exactos. Derribado Cristiano por Alves en un contacto fuera del área, Undiano Mallenco señaló penal. Fue el portugués, en su primer disparo al arco, a doce pasos de la línea de gol. Uno que gritó con furia. Poco peso de Neymar en el partido hasta que fabricó una falta en complicidad con Ramos. Messi puso el empate y quedó sólo detrás de Telmo Zarra en la lista de máximos goleadores en la historia de la Liga.

Sin Ramos por la expulsión tras el penal, Real Madrid retrocedió con la intención de esperar. Fue el punto de inflexión definitivo del partido. Esperando estaba el Real Madrid cuando Alves sorprendió con un disparo al poste derecho de Diego López. Con Pedro y Alexis y 12 minutos por jugar, Barcelona controlaba la pelota y tenía a Iniesta. El de Fuentealbilla entró al área, lo cruzó Xabi Alonso y el tercer penal del partido fue convertido por Messi. El protagonismo arbitral no puede quedar al margen, pero este sí era penal.

César Luis Menotti dijo unos días antes que Messi "puede ganar un partido pero no hace jugar mejor al equipo". Este domingo en el partido de mayor relevancia en el fútbol Messi participó en la recuperación de su equipo, hizo lo suyo e hizo que con eso creciera su equipo con ello. "Leo tiene mucho de este tipo de partidos" dijo Martino. Para el Tata la liberación de un resultado que le da la credibilidad que la prensa partidaria le resta. Aún se puede discutir si el resultado le libra del debate sobre la elección de jugadores, pero el Tata respira cuando el Barcelona ha encontrado vida en la pelea por el título. Confianza renovada tras uno de los mejores Clásicos de todos los tiempos. Me resisto a creer que todo lo que vemos ha sido mejor que lo de antes. Pero podría competir esto que vemos por ser lo mejor de todos los tiempos.