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Copa del Rey: Valencia emite sentencia

VALENCIA -- Es un título y podría ser el único título que ganen esta temporada. La Copa del Rey queda como el salvavidas lanzado a un buque a la deriva para Barcelona o ese resguardo para el Real Madrid que aún tiene al alcance una triple corona y no despreciaría colgarse pronto la primera joya. Semana grande en la calurosa Valencia que repite, así fue en 2011, como sede para el Clásico llevado a la Copa. Mucho ha cambiado de aquel momento a la fecha en un cruce que escasea, para empezar, del tenso fuego cruzado de los banquillos. No así del tenso clima desde los mismos.

Cada técnico se juega mucho en la noche del miércoles. A ninguno le es ajeno ese correr de los rumores que hablan de salidas intempestivas al final de la temporada. A Martino lo han llevado al centro de la diana para una cacería voraz. La tranquilidad de Rosario ha quedado lejos, tan lejos como Martino ha quedado de la expectativa de la más afilada pluma crítica. El "Tata" ha recibido un producto que empalidece lentamente desde la salida de Guardiola. Pero parece que por estar hoy a cargo, es el gran responsable. El color se ha perdido desde antes de la salida de Pep.

Rescatado por los chispazos individuales que hacen parecerse a lo que era, el Barcelona ha ido negando a paso lento aquellas virtudes que imponía en su juego de posición. Ahora reunidos a más distancia de la pelota, la recuperación de la misma queda también a más distancia. Juega más el rival, expone a lo menos fuerte del cuadro. Al menos un rasgo de algo que ya no es más es el fogonazo ofensivo de dos expertos en la materia. Messi y Neymar tendrían que sostener el universo blaugrana. Será en Mestalla que prueben que el camino hacia el Mundial importa casi tanto como el Mundial en sí.

El aire exquisito que acostumbraba respirar el Barcelona ahora es bochornoso. La Champions U19 que han ganado en Suiza ha servido para reivindicar su particular pelea con la FIFA por los fichajes de juveniles. No para mostrar las bases del juego que se jactaba de proponer. Ese equipo junior juega largo y lejos del rondo. Eso también se ha ido perdiendo. Si no es un cambio de rumbo, se parece mucho. No habría título en la Copa distracción suficiente para afirmar que el tiempo ha pasado y no lleva consigo el mismo equipaje.

Carlo Ancelotti no es ajeno a los signos de interrogación. Puede cumplir con la exigencia de títulos pero por convencer con su idea. Ganar cercano a las formas ha vuelto a ser importante. Puede convertir las dudas en cordialidad si el miércoles llega a Madrid con la Copa en sus manos (a menos que Ramos replique la historia). Las lesiones podrán limitarlo pero hay algo que logró incrementar aún a pesar de las ausencias: la confianza. Ganar eleva la autoestima y el Real Madrid ganó un boleto a Semis de Champions y aún tiene la Liga al alcance. Nada mal para llegar mejor a Valencia.

No llegará Cristiano. El riesgo es muy grande cuando queda menos en el calendario para enfrentar al Bayern. Si el Real Madrid resuelve la tarea lo haría con Bale y Benzema autores de la menos de la mitad de los 45 goles que ha aportado Cristiano en la temporada. Con ellos y Di María en un gran nivel. El argentino fue de lo mejor que tuvo Mourinho en la final del 2011 y ahora será pieza clave para Ancelotti. Como Casillas. Protector de un arco invicto mientras hubo Copa esta temporada. Su reciente actuación ante el Dortmund, digna de pinacoteca, es muestra de su vigencia. La Copa en 2011 fue en gran parte por él.

La serie histórica en las finales de Copa está igualada a tres finales para cada uno. Blancos y blaugranas no han llegado a Valencia en medio de ese ambiente álgido de la última vez. No es fácil repetir a Mourinho y Guardiola. Podrá Valencia sin embargo, ser origen de un tumultuoso pasar para el que deba ser amargo testigo del festejo del rival. No es lo que precede a la Copa lo que hace temblar a esta ciudad, es lo que pueda salir de su principal estadio cuando caiga el telón de este miércoles.