BRISTOL -- Cada año, el Hall of Fame recibe a nuevos invitados que pasan a formar parte de un club en donde sólo los más grandes pertenecen. La gran mayoría son jugadores, pero no sólo golfistas están allí, sino que gente que ha colaborado en forma extraordinaria con el golf se hicieron merecedores de semejante halago. El Presidente George W.H. Bush, Frank Chirkinian --padre del golf en televisión-- y Pete Dye son algunos de los casos de gente que no ha descollado por su juego y que están en el Salón de la Fama.
La ceremonia tiene lugar todos los años durante la semana del Players Championship, básicamente por la cercanía de St. Augustine, donde está ubicado el Hall of Fame, con el TPC Sawgrass. El dato es que este año no habrá ceremonia.
El ingreso al Hall of Fame no estaba reglamentado, y todo quedaba en manos de un jurado compuesto por todos los integrantes, más un grupo de gente que también votaba. En los últimos años hubo algunos ingresos que levantaron la polémica y esto hizo que se creara una comisión para que estudiara cada caso, antes de decidir quién sí y quién no debía ingresar. Se crearon algunos criterios que los postulantes deben tener para poder ser candidatos a ingresar, y se decidió que una vez cada dos años habría una ceremonia.
Los casos que más han estado en el tapete son los de Colin Montgomerie, que ingresó el año pasado, y el de Mark O'Meara, que no ha recibido el honor.
El caso de Monty es para discutir un rato largo, ya que si bien su dominio en Europa fue total durante la década de los '90, jamás ganó en USA y tampoco tiene un Major en su carrera. No le pregunten a Ian Woosnam qué opina del tema, porque Montgomerie, con su ingreso al salón puede jugar el Champions Tour como jugador regular, mientras que el galés, que ganó el Masters y fue Nº 1 del mundo, no tiene ningún privilegio y debería jugar la escuela para poder ingresar al tour.
Por el lado de O'Meara, el propio jugador es el que puso el caso a consideración cuando declaró públicamente que no entiende como él teniendo dos Majors, 16 títulos en el tour y un US Amateur, no está en el Hall of Fame, mientras que Couples con un solo Major y 15 títulos sí fue votado para ingresar. Queda claro que al ser subjetivo hay intangibles que pesan en la mente de quienes votan.
Es una pena que el Golf World Hall of Fame no tenga una fórmula matemática como tiene el de la LPGA. Las mujeres tienen que sumar 27 puntos para llegar, sumando 1 punto por cada título regular y dos por cada Major. Así nació y así seguirá, algo que lo transforma en un verdadero club selecto.
Es cierto que el golf femenino se ha jugado casi exclusivamente en USA y que también que, con ese criterio, muchos jugadores como Roberto De Vicenzo jamás hubieran accedido al Hall of Fame, pero me parece correcto que haya ciertos requisitos para ser puesto a consideración.
El año próximo sabremos quiénes serán los nuevos miembros y cuáles fueron los criterios de selección. Probablemente también haya polémica.