<
>

Marlins Park, bastión inexpugnable

Los Marlins han convertido su casa en el dolor ajeno, pues los visitantes sufren ante ellos Rob Foldy/Getty Images

Hace un año, los Marlins de Miami eran el hazmerreír de la Liga Nacional.

Hoy son el equipo al que nadie quisiera enfrentar en sus predios de la Pequeña Habana.

Aunque aún es demasiado temprano para echar las campanas al vuelo, los Marlins han sorprendido a propios y ajenos con un extraño primer lugar de la división Este, que comparten, tras los juegos del miércoles, con los Nacionales de Washington.

Desde el primer día de la campaña se sintió una energía diferente en el clubhouse del equipo, a pesar de que el róster presentaba pocos cambios en relación con el que perdió 100 juegos en el 2013.

Una de las adquisiciones de este invierno, que ha resultado en extremo valiosa, es la del veterano antesalista Casey McGehee, quien se ha convertido en el hombre grande de los momentos cruciales.

McGehee conforma con el poderoso Giancarlo Stanton la dupla más productiva de todas las Grandes Ligas, con 61 carreras remolcadas entre ambos.

El propio Stanton ha dado un vuelco de 180 grados en su motivación para jugar al béisbol y encabeza el viejo circuito en jonrones e impulsadas, en un claro signo de madurez deportiva.

Mucho crédito en la mejoría de los peces merece el coach de bateo Frank Menechino, quien ha logrado sumar al cubano Adeiny Hechavarría a la fórmula ofensiva del equipo.

Hechavarría, con una defensa notoria, dejó mucho que desear con su bate la pasada campaña y las recomendaciones de Menechino le han permitido elevar en 60 puntos su average y en casi 70 su promedio de embasamiento en comparación con el 2013.

Muchos de los 100 juegos que los peces perdieron el pasado año se debieron a la falta de apoyo de los bateadores a las buenas faenas de los serpentineros.

Hoy, Miami ha sido capaz de fabricar 157 carreras, segundo lugar en la Nacional y sexto en las Mayores.

Lo del pitcheo es punto y aparte. Y no se trata solamente del cubano José Fernández, a quien muchos ya se aventuran a calificarlo como el mejor lanzador de todo el béisbol en la actualidad.

Fernández es el líder indiscutible de un staff joven, prometedor, que integran además el venezolano Henderson Álvarez, Nathan Eovaldi, Tom Koehler y Jacob Turner, este último, el único que se ha quedado a deber en lo que va de temporada.

El cuerpo de relevistas es el lado más débil del elenco, sobre todo por las inconsistencias del veterano dominicano Carlos Mármol y el zurdo Mike Dunn, pero la llegada del jovencito Carter Capps ha traído profundidad al grupo de apagafuegos.

Barridas sobre los Bravos de Atlanta y los Mets de Nueva York, rivales divisionales directos, más victoria de 2-1 en la serie frente a los Dodgers de Los Ángeles, le dieron a los Marlins un impulso en los últimos nueve partidos, todos disputados en Miami.

Sin embargo, por alguna razón, el equipo se transforma drásticamente cuando sale a jugar a la carretera.

Los Marlins ostentan el mejor récord en casa de todas las Grandes Ligas (17-5), pero tienen la peor marca como visitante (2-10).

Ahora inician un largo periplo por el Oeste, para enfrentar cuatro veces a los Padres de San Diego, tres a los Dodgers y otras tres a los Gigantes de San Francisco.

Si consiguen ganar tan solo la mitad de los partidos, sería un resultado más que positivo antes de regresar a su bastión inexpugnable del Marlins Park, donde poco a poco ha comenzado a subir la asistencia en la misma medida en que sus fanáticos empiezan a darse el lujo de soñar.