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Big Papi rompe el embrujo de Darvish

Por segunda ocasión en su carrera, al japonés Yu Darvish, de los Vigilantes de Texas, se le escapa un juego sin hits tras 8.2 innings.

Esta vez fue el dominicano David Ortiz, quien disparó un cohete de hit con dos outs en el noveno inning que rompió el embrujo y de paso, puso fin a un acalorado debate que se generó en su turno anterior al bate.

Darvish estuvo intransitable, con 12 ponches en su faena, con 20 retirados en forma consecutiva hasta que en el séptimo y dos outs en la pizarra, el Big Papi conectó un elevado a la zona corta del jardín derecho.

Tanto el venezolano Rougned Odor, defensor de la intermedia, como el boricua Alex Ríos, patrullero derecho, tuvieron posibilidad de capturar la pelota, pero una falla en la comunicación permitió que la bola cayera entre ambos.
Se rompía no sólo el juego perfecto, sino también el no hitter...hasta que 15 minutos después, ¡15 minutos! el anotador oficial del Ballpark de Arlington decretó error en la jugada, a pesar de que ni Odor, ni Ríos, estuvieron nunca debajo de la pelota en posición de fildear, ni hicieron contacto con ella.

El anotador basó su polémica decisión en la regla 10.12, según la cual, "puede decretarse error, aún cuando un fildeador no toca la pelota, si este, con un esfuerzo de rutina, no la captura".

Cuestión de apreciación, de momento y de lugar. La jugada en cuestión parecía de rutina y cualquiera de los dos involucrados pudo cogerla, lo cual no sucedió por la incomunicación entre los peloteros.

Pero si va a marcar error, no debió cargárselo a Ríos, con todo y que venía en mejor posición para fildear, sino a Odor, que fue quien estuvo más cerca de la pelota, quien casi se colocó en posición de capturarla y quien peor lució, como perdido, con el elevado de Ortiz.

Si en vez de haberse celebrado en Texas, el partido hubiera sido en Fenway Park de Boston, el anotador le hubiera dado el hit al bateador, no lo duden.

Pero es normal que los anotadores protejan a los peloteros de casa en jugadas dudosas, sobre todo cuando están lanzado juegos como el de Darvish.

Y en cuanto al momento, quizás si el batazo del Big Papi hubiera sido en su primer turno, en el inning de apertura, lo más probable es que aún en Texas, le hubieran apuntado imparable.

Pero más allá de la regla 10.12, hay otra no escrita qu e aplica en este tipo de situaciones: el primer hit de un juego tiene que ser limpio, sin espacio a dudas.

Y eso fue precisamente lo que hizo Ortiz en su última oportunidad: cañonazo de hit, indetenible, al central, para despejar cualquier duda y poner fin al debate que se generó en su turno anterior.