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River, con la convicción de querer....

BUENOS AIRES -- En un torneo donde nadie quiere hacerse cargo de la punta, River está teniendo el mérito de la convicción. Lo cual, a juzgar por lo que observamos los fines de semana en las diferentes canchas, no es poco. Y la realidad refrenda esta idea.

Obviamente que siempre además se debe tener material capacitado para pelear por un título, pero hoy también es muy importante la cabeza. Y desde ese aspecto es que River ha sacado una ventaja por sobre el resto. Sabe lo que quiere y, cuando el fútbol no le responde, son las ganas las que le otorgan el plus que le falta en su juego. Por eso, en un partido cerrado contra Argentinos, donde las dudas empezaban a flotar en el ambiente, el gol no aparecía, esa idea de ir para adelante, convencido de poder ganar, es que lo empujó a cosechar los tres puntos que lo dejan en los umbrales de un nuevo campeonato.

Por supuesto que es sólo una arista, pero no se debe soslayar que aquella que, hasta ahora, lo diferencia del resto. Gimnasia sintió el mareo que genera la cima, el temor de verse cerca del momento épico. Podrá refutarse el pensamiento diciendo que River también estuvo en la punta y flaqueó, pero hizo una buena lectura de su debilidad y supo cómo superarse. Por eso tomó impulso y llegó hasta donde se encuentra hoy.

Claro que frente a sí tiene el peldaño más complicado, el que trae dentro del combo la ansiedad, la presión de la gente, la idea de cosa juzgada, de fiesta anticipada, y todo lo que se sabe que sucede en un partido por el título. España, con el Atlético del Cholo Simeone, es la muestra fiel de cómo muta la personalidad ante la inminencia del objetivo. Pero en el caso de River, pase lo que pase, no se podrá discutir que fue su convicción la que lo colocó en la pelea. Ahora, cualquier rival que va al Monumental sabe que no le será sencillo ser noticia el lunes, como ocurría hace no mucho tiempo atrás. Está haciendo respetar la camiseta. Le faltaba trasladar eso a las salidas de casa, y en La Paternal lo logró.

El tema en el fútbol es que los resultados suelen borrar otros aspectos de una campaña. Y ante la inminencia de un campeonato, Ramón Díaz se encuentra de cara a viejo adagio de quedar ante la gloria o Devoto. En rigor de verdad eso resultaría injusto, porque más allá de lo que suceda el técnico tuvo el mérito de reorganizar un plantel que un semestre atrás estaba perdido en sus temores, al cual no le había encontrado la vuelta. Aquellas falencias de Ramón, quizás producto de su propia vanidad, logró superarlas en beneficio de River. Por eso, pase lo que pase ante Quilmes, el saldo será positivo. Aunque, por supuesto, coronar con una vuelta olímpica sería el inicio de la refundación de un club que llegó a tocar un fondo que jamás había sospechado.