Se terminó la temporada y es momento de descansar unos días. Estamos esperando a que los chicos terminen las clases para hacer algún paseo por España. Uno de los destinos será Alicante para visitar a Pablo Prigioni.
El balance de la campaña no es bueno. En Euroliga llegamos hasta donde teníamos que estar. Lo que lamento es que los últimos partidos los jugamos ya sin oportunidades. En la ACB podríamos haber peleado el cuarto o quinto puesto pero fuimos muy irregulares. Real Madrid, Barcelona y Valencia estuvieron en un nivel muy alto pero nosotros deberíamos haber logrado estar más arriba. No maduramos como equipo y se notó en playoffs, donde nos despedimos muy rápido. Hubo varios factores como el presupuesto y las lesiones pero lo cierto es que competimos en muy pocas ocasiones. El mal arranque fue un condicionamiento, también. Hubo recambios temporarios que rindieron bien y una experiencia atípica como la de Lamar Odom que no dio resultado. Me gustaría haber disfrutado más la temporada y por supuesto haber ganado más partidos.
En estos días se habló mucho de mi futuro. Todavía no tomé una decisión respecto al equipo en el que voy a jugar. A diferencia de la temporada pasada en la que aseguré mi continuidad en el Baskonia sin analizar otras opciones, esta vez voy a escuchar propuestas y elegir la mejor opción. Mi objetivo es estar cómodo en un equipo de alto nivel para poder competir, ya sea en Europa o en la NBA.
Tengo una edad en la que no es lógico que juegue tantos minutos y que el equipo gire a mi alrededor en muchos momentos del partido como ocurrió este año. Quiero sentirme importante pero siendo una pieza más de un equipo con aspiraciones. Esto no significa, como se ha dicho, que yo me vaya a ir de Vitoria. Me gustaría ver qué proyecto hay en Baskonia y tenerlo como una posibilidad si es que se propone un crecimiento. En ese caso, claro que me gustaría quedarme. Si me llego a ir, lo entenderán porque siempre he dejado todo de mí en la cancha. Si tomo la decisión de no continuar lo comunicaré antes al Baskonia que a ningún otro.
Lo único que resolví es que la próxima temporada no voy a jugar en Argentina. Lo pensé como una opción pero todavía no es el momento. Tal vez, más adelante.
Ahora, luego de las vacaciones, todos los cañones apuntan al Mundial. Es la prioridad. En la previa de otros torneos con la Selección pensaba en el siguiente contrato o en qué equipo jugaría. Ahora no es algo que me preocupe. Disfruto de jugar con mis amigos de la Selección y tengo en la cabeza llegar lo más alto posible en el Mundial.
Esta semana se confirmó que Julio Lamas volverá a dirigir a Obras. El entrenador del seleccionado puede combinarlo con un equipo. Me parece lógico que quiera estar en actividad durante la temporada y no ocupar el banco solamente durante 15 días en el año. Su regreso a la Liga es positivo para él y para la competencia.
También vinculado a la Selección, Ginóbili está en una nueva final de la NBA. ¿Qué puedo decir de Manu que ya no se haya dicho? Todos vemos lo que logra en la cancha. Es de los mejores deportistas de la historia de la Argentina. Manu es especial también afuera de la cancha. Es inteligente, está preparado para todo y eso repercute en su juego. Sabe reconocer todo tipo de situaciones y se adapta muy bien a todas.
Antes de despedirme, y ya que se viene el Mundial de fútbol, daré mi punto de vista respecto a los últimas exclusiones del entrenador. Para un deportista es una sensación rara. En el comienzo de mi participación en la Selección viví situaciones en las que podía llegar a ser cortado del equipo. Si te quedás te alegrás por formar parte pero te amargás porque el que no va puede ser alguien muy cercano. Antes de los últimos Juegos Olímpicos ocurrió con Campazzo y Laprovíttola que son amigos, juegan en la misma posición y Facundo fue a Londres ya Nicolás le tocó quedarse afuera. Al principio puede afectarte pero después debés mentalizarte en el torneo.
Ya es tiempo de despedirme. Nos reencontraremos en este espacio durante el Mundial. Un abrazo para todos.