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Esta semana, todos con Phil

BRISTOL -- No importa si uno es fanático de Mickelson o A. No importa si la sonrisa del zurdo les cae bien o nó. Lo único que importa esta semana es ver cómo hará Phil para levantar la copa del US Open, o qué inventará esta vez para no hacerlo.

Tom Watson no pudo nunca con el PGA Championship, algo similar le sucedió a Palmer. Snead nunca pudo con el US Open, Trevino nunca se llevó bien con Augusta y Floyd padeció con el británico. Estos fueron algunos de los que quedaron a las puertas de completar el Grand Slam.

Mickelson lleva 6 segundos puestos en el US Open y es hora de que la maldición termine.

Es curiosa la carrera de Mickelson si uno la analiza con detenimiento, ya que habiendo ganado 42 veces en el tour, nunca pudo terminar al tope de la lista de dinero ganado en el PGA Tour, nunca fue elegido Jugador del Año y nunca llegó al primer lugar en el ranking mundial. Todas estas cosas fueron logradas por jugadores de menor jerarquía que el zurdo --O'Meara y Couples, por nombrar dos--, lo cual hace que uno tenga que pensar detenidamente en que no sólo el US Open es lo que falta en la carrera de Mickelson.

Todos tenemos la imagen de aquel primer US Open que se le escapó a manos de Payne Stewart, justamente en Pinehurst, pero en aquel 1999 todos pensamos que sería cuestión de tiempo hasta que levantara la copa. Tres años más tarde, fue Woods en Bethpage el que lo dejó con las ganas y en 2004 la exhibición de Goosen en los imposibles greens de Shinnecock y los tres putts de Phil en el hoyo 71 desde menos de 2 metros, lo privaron del título.

Volvieron a pasar dos años y la peor catástrofe llegó en Winged Foot cuando tenía que hacer par para ganar, pero hizo todo mal terminando con doble bogey y entregándole el campeonato a Ogilvy.

El año pasado parecía que no se le podía escapar luego de embocar de afuera en el hoyo 10 de la ronda final, pero dos errores con su sandwedge en el 13 y 14 hicieron que volviera a dejar escapar el campeonato.

A punto de cumplir 44 años, lo hará el lunes después del US Open, Mickelson sabe que las oportunidades empiezan a acabarse, y Pinehurst puede ser su última gran chance. Una cancha larga, con fairways amplios como nunca se vieron antes en el US Open y con greens extremadamente difíciles para recuperarse cuando se fallan. Todas son condiciones que deberían beneficiar a Phil. Pega largo, no siempre derecho y no sé si hay alguien con más imaginación, a veces demasiada, para encontrar la forma de hacer approach y putt. Mucho le gustaría a Mickelson encontrar una cancha firme y rápida, con greens firmes que exijan una trayectoria alta con los hierros, para que de esa manera unos pocos puedan dejar la pelota cerca con sus golpes al green.

No estoy seguro que Mickelson vaya a ganar este o algún otro US Open, pero me gustaría que se diera el gusto de poder poner su nombre junto al de Sarazen, Hogan, Nicklaus, Player y Woods. Un club de sólo 5 miembros que han podido ganar los 4 majors alguna vez en su carrera.

Esta semana sabremos si pudo hacerlo, o si encontró la forma de volver a quedarse con las ganas.