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Sepa por qué México fracasará en Brasil

SANTOS, Brasil -- Uno viaja siempre en primera clase en los chárter del pesimismo. Es la forma más cómoda y patética de resignación.

Uno asume, compasivo, claudicar anticipadamente, pero sólo por los demás.

Especialmente cuando se contemplan los esfuerzos ajenos, los que, presuntamente deben hundirse estrepitosamente.

Para el pesimista todos los cruceros del esfuerzo son Titanics en potencia: el naufragio es cuestión de tiempo.

Dice Alejandro Jodorowski que "los pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad".

Unámonos a la procesión del pesimismo, contagiados por la caravana que contempla al suicida comando Tricolor, al arrimarse a la versión carnavalesca y festiva de su Waterloo en Brasil.

Propongamos la tesis del pesimista que planea suicidios ajenos. El lema es: "te entierro hoy, para que mueras después". Nada más práctico que pagar en vida y de contado, la inmolación anunciada.

Evidentemente, los Mandamientos del Pesimismo se consolidan sobre negativas absolutas. El "No" es el profeta sumario de su Apocalipsis.

1.- No pasará de la primera ronda. ¿Cómo puede conseguirlo un equipo que cotizó un grado por debajo del fracaso en el termómetro de la ineptitud durante el Hexagonal Final de la Concacaf?

2.- No ganará ningún partido en la primera ronda. ¿Cómo podría hacerlo, si en su preparación final perdió los dos últimos juegos y en el de clausura de la gira por EEUU se refugió en la herencia incómoda del "jugamos como nunca y perdimos como siempre" ante Portugal?

3.- No estará a la altura de sus adversarios. ¿Cómo podría hacerlo si Brasil jugará con genios asesorados por refuerzos arbitrales; y si Camerún viene fortalecido tras la crisis de rebeldía por falta de pagos, y los Croatas tienen cicatrices a flor de piel, mientras que el jugador mexicano vive en un Emporio de Burguesía desde que debuta en Primera División, cuando gana mensualmente por lo menos, el Ingreso Anual Per Cápita del croata: 21 mil dólares?

4.- No tiene figuras o al menos titulares en Europa como sus rivales. ¿Cómo competir si la mayoría de brasileños es referente, o si los cameruneses son cotizados en cualquier país, y los croatas son caudillos emocionales y a veces futbolísticos en sus equipos, mientras Andrés Guardado no tiene equipo, Chicharito habita en el limbo, Giovani cae en altibajos, Guillermo Ochoa viene del funeral del Ajaccio, en tanto que Herrera, Reyes y Moreno, son obreros de cada semana, para no perder posiciones?

5.- No tiene méritos de mundialista. ¿Cómo puede tenerlo en casa del Pentacampeón Mundial, ante un Camerún con linaje universal, o una Croacia con el DNA de la abuela Yugoslavia?

¿Necesita más este Obituario anticipado del Tri, o basta con estos preceptos del pesimismo?

Si la lógica y el sentido común existen, entonces, que México ni se presente ante Camerún.

Que reporte una intoxicación masiva de Sannakji Hoe, un platillo coreano que se vende en esta ciudad de Santos, y consiste en comerse los tentáculos del pulpo cuando aún se mueven porque aún no se mueren. Nadie podría culparlos por renunciar al Mundial y huir por la puerta de emergencias del hospital y no por la escalerilla del oprobio mundialista.

Pero. Claro, siempre hay un pero...

Esta selección mexicana tiene a 10 campeones olímpicos; a campeones mundiales Sub 17; a campeones panamericanos; a campeones en ligas de Europa, a un multicampeón de y en Europa, como Rafa Márquez, y por supuesto, aunque importe menos, a campeones de la liga de México.

Es decir, no son extraterrestres vestidos de verde. Pero, tampoco lo serán los adversarios.

Y usted puede quedarse con cualquiera de las dos deliberaciones siguientes...

1.- Decía el humorista español, Jaume Peric, que "un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo".

2.- Y sostenía Winston Churchill que "un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad".