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El triunfo que oculta los entretelones

Mexsport

SANTOS -- Las victorias tapan todo. Desnudan muy poco. Sólo los que viven al interior de la Selección Nacional saben el teje y maneje de los sinsabores y desencuentros que hay en el 'detrás de cámaras' del futbol. Sólo ellos saben qué acontece en ese futbol fuera de foco.

Las victorias y los intereses fluyen como el aire, ahí, donde los lineamientos están claros para los que deben estar dentro y fuera del negocio del balompié. Directivos que hoy deben entender que lo mejor es el grupo, aunque no estén al ciento por ciento convencidos de lo que se hace totalmente en el equipo, pero que por el equipo optan por el silencio.

La historia no cambia. Dudo que cambie. Hoy algunos directivos de pantalón largo navegan en aguas de la tranquilidad, gracias a lo que se ha hecho en la cancha. Pero realmente ¿qué ha ganado hasta hoy la Selección Nacional? Todavía no se ha jugado el quinto partido, pero eso no lo entienden. Se dan tiempo para elegir quién y quienes merecen tener con la cercanía de la Selección Nacional.

No todo es miel. También hay hielo en el Tri. Dirigentes quienes asumen un rol excesivo, protagónico, lacerante para la gente que trabaja con ellos. Ordenan, cuidan, se enojan, vetan, celosamente se apersonan en las conferencias cuidando cada una de las palabras de Miguel Herrera y buscan ordenar lo que desde arriba les ordenan. Imposible. Difícil, sin embargo, cuando entrenadores como Miguel Herrera desafían no sólo los pronósticos en contra, sino también los arrebatos de sus celadores de oficio.

Me aseguran desde las entrañas de este equipo, que puede hacer historia – Ojalá lo haga—, que al seno hay personas que tiene claro que Ricardo Peláez y Héctor González Iñarritú son como el agua y el aceite. Mientras el primero vela que todo se haga en equipo, busca el bien común, sin protagonismos y con solidaridad y llevando un perfil bajo, el segundo es el que pone las reglas, cómo, cuándo y quién es que debe hacer las cosas y porqué. Sin embargo, la sencillez y trabajo solidario que se ha hecho, hasta el momento, ha impedido que el problema salga a la luz.

Punto y aparte es la diferencia de actitud que hoy tuvo el equipo mexicano. Acostumbrado al buen humor, las bromas y la prestancia con los medios informativos, pareció que la "zona mixta" en Santos fue más forzada por el programa que por los ganas. Se respira un ambiente diferente, como al principio del torneo. Estoy casi seguro que quizá sea más por la mentalidad que tiene el equipo de hacer historia que por la desorganización que prevalece en trato con la prensa.

México afrontará el compromiso más difícil en su historia. Los seleccionados tienen muy claro que la historia los espera. Sin embargo, mientras los resultados se den, el verdadero olvidado va a ser el futbol mexicano. El histórico pase a la siguiente fase, muy posiblemente, seguirá ocultando sus falencias y debilidades. Lo mismo, la victoria hace olvidar los males del momento. Hoy todos están montados en el carro del triunfo y quienes buscan manejarlo, dan giros que en el futuro podrían ser muy peligrosos. No se puede ser amigo de todos por intereses y detrás dar puñaladas al puro estilo 'mexicano'.