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México: Sin calidad no hay posibilidad

El futbol dejó de ser hace mucho tiempo ese deporte donde la mentalidad y el deseo bastaban. Hoy, es una actividad que se juega al máximo nivel de profesionalismo y que exige, si quieres pertenecer a ese "nivel de competencia", una calidad a prueba de todo. No fue el penalti sobre Robben, los últimos 15 minutos del juego, el calor u otra condición. Fue un tema de calidad el que marcó el tope de las aspiraciones mexicanas...

FORTALEZA, Brasil -- Como casi todo en el acontecer profesional de nuestros tiempos, es un tema de calidad y no de otra cosa.

Estoy convencido de que tenemos y merecemos un mejor futbol del que expuso finalmente la Selección Mexicana durante el Mundial de Brasil 2014.

Y aunque sostengo la creencia de que el equipo mexicano realizó un papel muy por encima de sus expectativas, también creo que ese no es ni debe ser, de ninguna manera, el límite o el tope del futbol y del futbolista mexicano.

Al final del dia, la diferencia que se interpuso esta vez con los cuartos de final de un escenario mundialista no fue la pausa para la hidratación, los últimos 15 minutos, el penalti de Robben que no fue o el cambio de Aquino por Giovani. Lo que realmente volvió a separar al futbol mexicano de la "gloria" fue un asunto de calidad. Y para dar ese "salto de calidad" se requiere de más y mejor talento para jugar al futbol.

México cuenta con muchas ventajas para competir en el mundo del futbol. Para empezar, la más importante de todas: una pasión auténtica de sus aficionados que invierten tiempo y dinero y hacen del futbol algo más que un simple pasatiempo. Y luego, están los dineros. En México, el futbol cuenta con una industría floreciente y poderosa que le permite, al mismo tiempo, contar con una amplia estructura e infraestrctura, una Liga seria, con patrocinadores y televisión. Todas esas grandes ventajas se desperdician cuando se adiministra mal y cuando se deja que personas con el conocimiento adecuado para "vender" y comercializar terminen tomando las decisiones que competen a temas exclusivos de cancha. Mezclar deporte y negocio no ha sido muy productivo en nuestro país. El negocio ha terminado "goleando" al futbol.

Y vivimos en un círculo vicioso: al tomar decisiones erroneas en la parte administrativa, estas se transmiten directa e indirectamente a nuestro nivel futbolístico.

Una de ellas, quizá una de las más graves es pagar, "inflar" demasiado al jugador para evitar que este tome riesgos para jugar en las ligas más desarrolladas del mundo. Al estar cómodo en México, el futbolista se vuelve conformista y presiona poco para tratar de jugar, foguearse y probarse en otro nivel. Cuando llega una Copa del Mundo, México no tiene a los futbolistas que otras selecciones producen y hacen crecer en las "Grandes Ligas" europeas.

Tenemos más talento del que se mostró en este Mundial y con ese talento debemos tener más argumentos para competir cabalmente en una jornada llena de sol como la que se vivió el domingo en El Castellao.

Hay que reconocer plenamente el esfuerzo de Miguel Herrera y de sus futbolistas. Dentro de sus limitaciones, falta de tiempo y un proceso atropellado, lo han hecho muy bien, pero no podemos entrar en una escena de conformismo.

El futbol no es más una actividad o un deporte exclusivo de la mentalidad, los deseos, el famoso "echale ganas" -típico en México- o de una cuestión que tenga que ver con las circunstancias, el arbitraje o algun otro tema. El futbol requiere de calidad para ganar en la cancha. ¿Tuvo México esa cuota de calidad?

@Faitelson_ESPN