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Alemania y sus mismas intenciones de siempre

Getty Images

Como ha sido su propia historia, la Alemania futbolística comenzó un proceso de reconstrucción a partir del fracaso de la Euro del 2004. Y cambiaron algunos nombres, moldes, esquemas, pero se mantuvo la misma mentalidad y la misma capacidad de planear a largo plazo. Se recuperaron del "fracaso" (entre comillas) del Mundial en casa del 2006 y volvieron con todas sus fuerzas. Aquí están: con un equipo que sabe lo que quiere en la cancha, que juega con un estilo moderno apegado a cierta filosofía Guardiolista pero que busca conservar los aromas y la esencias mas sagradas del futbol teutón. Un equipo ganador, que el domingo será gran favorito para levantar su cuarta Copa Mundial.

RIO DE JANEIRO, Brasil.- Alemania no ha hecho nada que no esté apegado a su comportamiento histórico como país y como futbol: reconstruirse, renovarse, renacer. Hoy, 24 años después del último trofeo que levantó, tiene las mismas intenciones de siempre: ganar.

Fue Argentina como pudo ser Holanda, pero la pregunta de aquí al domingo es: ¿Puede realmente alguien hacer frente al portentoso, exacto, calculador y casi perfecto futbol alemán?

Holanda y Argentina lucharon hasta las últimas consecuencias en la Arena del Corinthians, pero ninguno de ellos, incluyendo al ganador, mostró las condiciones apropiadas para hacer frente a lo que el futbol alemán ha ido estableciendo en este Mundial.

Como lo dicta su historia en las canchas y fuera de ellas, Alemania aprovechó los últimos años para reconstruirse. A partir de aquella aciaga noche en Lisboa en junio del 2004, cuando fueron eliminados en la primera ronda de la Euro tras caer 2 goles 1 ante la República Checa, el futbol alemán decidió que era el momento adecuado para transformar su estructura, trabajar mejor en la formación del futbolista y cambiar su liga para hacerla más competitiva con respecto al resto de las competiciones europeas. Jurguen Klinsmann, el hoy entrenador de Estados Unidos y gran figura del futbol alemán, fue el primer eslabón y atrás de él, Joachim Low, su auxiliar, ex jugador de Freiburgo, un hombre de su confianza con el que se podría trabajar a futuro. Soportaron el "fracaso", entre comillas, del Mundial del 2006 (tercer lugar en casa y aquella eliminación en los tiempos extras de Dortmund ante Italia) y continuaron con su trabajo en camino a los éxitos que debían venir.

Y aquí, están, con la misma mentalidad de siempre, los jugadores, el equipo y el entrenador en el sitio adecuado. Una "máquina" que empieza con un portero seguro que es casi un libero (Manuel Neuer) y que continúa con jugadores poderosos y habilidosos (en ese orden, como lo marca la escuela alemana) como Hummels, Lahm, Schweinsteiger, Ozil, Khedira, Kroos, Muller y Klose. Alemania hace lo más práctico y necesario en el futbol: apoderarse del medio campo, donde mata y atormenta al rival, toma el balón, busca pases precisos, rápidos y verticales y finalmente establece la condición ganadora. Puede ser tan armónico en su futbol como lo intentó el Bayern de Guardiola durante la ultima temporada europea o tan pragmático y esquematizado como indica la idiosincrasia del alemán.

Este poderoso equipo de futbol buscará este domingo en el Estadio Maracaná su cuarto título del Mundo. Y una Argentina, sacrificada a jugar tiempos extra y penaltis, no parece tener las condiciones para evitar que el futbol alemán, 24 años después de aquel Italia 90, regrese por el campeonato mundial.

Alemania funciona como una sinfonía de Beethoven. ¿La cuarta sinfonía está a la vista?

@Faitelson_ESPN