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Boston debe tener un plan post-Lester

Jon Lester fue sacado de su salida del miércoles, un indicio que podría ser cambiado pronto. Jared Wickerham/Getty Images

Memorando a John Henry, Tom Werner y Larry Lucchino:

Yo espero que tengan un Plan B. De hecho, asegúrense de tener un Plan B.

Porque si no existe un Plan B para Jon Lester para la siguiente temporada, van a tener muchos fanáticos y jugadores molestos para el Día Inaugural, y la narrativa no va a ser sobre el sistema de fincas del equipo, o las pasadas glorias. Justo o no, la narrativa en Nueva Inglaterra será sobre lo baratos que son los dueños. Justo o no, la narrativa va a ser sobre ustedes.

Si no hay un Plan B, el 2015 quizás haga que todos añoren los días "calidos y adorables" de la era de Bobby Valentine.

Lester fue sacado de su salida pautada de hoy en anticipación de un posible acuerdo, y cambiar a Lester hoy o el jueves hace sentido considerando donde ustedes y los Medias Rojas de Boston están parados con el zurdo. Él no quiere hablar sobre una extensión de contrato hasta que finalice la temporada, lo que es una manera amable de decir que se va a convertir en agente libre para escuchar las mejores ofertas, algo que está sucediendo porque parece ser que su organización ha tomado una postura semirígida contra los contratos realmente extensos para los lanzadores. Así que cambiar a Lester le va a dar a la organización más valor que lo que podrían obtener en un turno compensatorio del sorteo. Dado lo cerca que ustedes están de tener el turno No. 1 del sorteo del año que viene en comparación con el resto de los equipos del Este de la Americana, seguro, cambiar a Lester ahora parece la movida lógica.

Pero no hay ninguna duda: La ventana de oportunidad de firmar a Lester la cerraron. Hubo una ventana en enero, febrero y marzo -- por allá cuando hacía mucho frío, pero cuando los sentimientos estaban tan cálidos -- cuando ciertamente pudieron haber concretado este acuerdo en un terreno amigable para ambos de unos $110 millones, más o menos, lo que es más que lo que ustedes habrían querido dar pero menos de lo que rechazó Max Scherzer a los Tigres, y muchísimo menos que lo que Cole Hamels obtuvo de los Filis hace dos años. En cambio, ustedes dispararon una oferta de $70 millones con una pista de voluntad para negociar, pero una oferta de $70 millones está más cerca del valor de un Edwin Jackson que el valor de mercado de Lester, su estrella zurda criada en sus fincas y que acaba de llevarlos a otro desfile por las calles de la ciudad.

Oigan, este es su equipo, y es su dinero.

Pero es mejor que tengan un Plan B. Porque si no es así, los fanáticos de los Medias Rojas no los van a entender. Sus jugadores no los van a entender. De hecho, especialmente sus jugadores no los van a entender, y sea que les guste o no, y sea que sea correcto o no, la partida de Lester servirá como marco de trabajo para todas las discusiones sobre los fallos en su camerino. Es posible que tengan veteranos que bateen .220, es posible que tengan jugadores que hayan fallado en hacer ajustes, es posible que tengan jugadores de posición que cometan errores. Pero si no tienen un Plan B para Lester, no traen refuerzos grandes y reconocibles, y los Medias Rojas comienzan temprano con los problemas en el 2015, muchos de sus empleados les van a echar la culpa a ustedes, de la misma forma en que se le echó la culpa a Valentine por todo lo malo que sucedió en el 2012.

Los boletos para entrar al Fenway Park son realmente caros. Los perros calientes en el Fenway son realmente caros. La cerveza, el algodón de azúcar... todo, es realmente caro. A la fecha, muchos de sus fanáticos están de acuerdo con esto, porque su tiempo al mando del equipo ha traído muchos éxitos. La recuperación ante los Yankees en el 2004 y luego de eso el campeonato de la Serie Mundial parecía más un mero formalismo. El cetro del 2007, y el grupo increíble y los trabajadores incansables que formaron un fuerte vínculo con la ciudad en el 2013. Todo es bueno.

Pero en los deportes, no existe tal cosa como un pase vitalicio para la buena voluntad. Johnny Damon aprendió eso luego de haber firmado con los Yankees; fue vetado al exilio por casi una década.

Ustedes tienen jugadores jóvenes realmente buenos ante los ojos de los evaluadores rivales. A ellos les gusta Jackie Bradley Jr., y piensan que él va a ser mucho mejor de lo que ha lucido esta temporada. A ellos les gusta Mookie Betts. Ellos adoran a Xander Bogaerts y siguen convencidos de que él es capaz de ser una superestrella.

Pero ellos ven una alineación que carece de poder -- como muchas alineaciones en el 2014 -- y un sistema de fincas que carece de poder, y eso va a ser caro. Ellos ven una rotación que carece de un as, y muchos oficiales con otros equipos quedaron muy sorprendidos de que Lester no firmara de vuelta, porque para muchos él es el jugador más importante en la organización: Un lanzador estelar -- nada menos que un zurdo -- con un historial probado en el Este de la Americana y en la Serie Mundial que habló abiertamente hace ocho meses que quería quedarse aquí.

Ellos ven una organización que parece encaminada a tomar la ruta del crecimiento lento, de tomar jugadores en el sorteo y desarrollarlos, similar a los Piratas de Pittsburgh y los Reales de Kansas City.

Excepto que ustedes no son dueños de los Piratas o los Reales. Son dueños de una de las superpotencias financieras del béisbol, con un estadio que ustedes han convertido acertadamente en una máquina de generar dinero, con narradores de TV que probablemente deben mencionar más comerciales por segundo que cualquier otra franquicia en el deporte. Ustedes no tienen casi ninguna obligación financiera más allá del 2015, sin contar el acuerdo amigable de Dustin Pedroia, que probablemente firmó bajo la idea de que ustedes utilizarían los ahorros logrados con el mismo para invertirlos en otros jugadores que ayudarían a los Medias Rojas a ganar.

Así que es mejor que tengan un Plan B que no sea el lento desarrollo y ascenso orgánico de sus propios prospectos. Es mejor que no intenten vender a sus jugadores y a sus fans que esperen dos o tres años por Bogaerts, Betts, Bradley, Henry Owens y otros.

Los Medias Rojas no son exactamente como los Yankees y los Yankees no son exactamente como los Medias Rojas, y los fanáticos que siguen ambos equipos agradecen esto. Pero gracias a los campeonatos obtenidos en 2004, 2007 y 2013, los fanáticos de los Medias Rojas se han transformado en una versión de los fans de los Yankees en esta forma: Ellos no van a tener mucha paciencia para escuchar la palabra "reconstrucción". No cuando están pagando $50 por un estacionamiento, no cuando ellos leen que el deporte está saturado de dinero, no cuando ellos presumen que ustedes se están llenando sus bolsillos con su dinero.

Cambiar a Jon Lester hoy o el jueves está OK, porque probablemente lo van a perder de todas maneras.

Pero Sr. Henry, Sr. Werner y Sr. Lucchino, de nuevo, aquí les doy un pequeño consejo: Es mejor que tengan un Plan B.

Así que los Medias Rojas están hablando con muchos equipos sobre muchos jugadores.

Para los Cerveceros, Piratas y Cardenales, andar en búsqueda de Lester quizás se trate tanto de evitar que termine en un rival de división como de añadirlo a su propia rotación. Ahora él aparece en el radar de cambios de Pittsburgh, según escribe Bill Brink. Y Joe Starkey se pregunta: ¿Podría una gran movida matar el futuro de los Piratas? Mientras tanto, los Cerveceros podrían estar encaminados a una corrida profunda en los playoffs, según escribe Tom Haudricourt. Y finalmente, los Cardenales tienen un puesto abierto en la rotación para el sábado y esperan por un lanzador.

Esencialmente, el balance de poder en la Liga Nacional depende del destino de Lester, según escribe Joel Sherman.