Y no es que Marco Fabián, Raúl Jiménez y Alan Pulido no tengan grandes cualidades físicas y técnicas. El problema es que la reputación del futbolista mexicano en Europa es pobre, casi no existe. Los clubes europeos dudan al momento de pagar 10 o 12 millones de dólares por un futbolista cuya fama de origen no ofrece un porcentaje alto en la certeza de que pueda terminar funcionando. Y es un círculo vicioso: los clubes en México producen poco, venden caro y además necesitan cumplir con sus propias necesidades de consumo.
LOS ANGELES -- Jorge Vergara amaneció este viernes con un fax en una mano y una calculadora en la otra. Las "cuentas", parece, que empezaban a salirle al dueño de las Chivas Rayadas del Guadalajara.
La venta de Marco Fabián de la Mora al Stuttgart alemán estaba en proceso.
El problema es que las "cuentas" que le salían finalmente a Vergara no le salían ni a Yon de Luisa, en el América ni a Alejandro Rodríguez, en los Tigres. El escenario de Raúl Jiménez y de Alan Pulido para lograr su exportación tendrá que atravesar por un camino más borrascoso y accidentado.
Los precios, las cifras se han convertido en el principal obstáculo para que las principales figuras jóvenes del futbol mexicano puedan probar su calidad en las mejores ligas del mundo. Los números --siempre extraoficiales-- indicaban que el América pretendía 10 millones de dólares por el centro delantero Raúl Jiménez y que Tigres pedía 12 millones por Pulido. Cifras similares se mencionaban en el trato entre Chivas y el Stuttgart por Marco Fabián. ¿En realidad valen o son válidas esas cifras cuando se trata de futbolistas mexicanos?
Y dejemos de lado la calidad. Elementos como Jiménez, Pulido o Marco Fabián parecen tener las aptitudes necesarias para poder competir en las mejores ligas del mundo, pero el futbol mexicano no parece entender que la "fama" del jugador mexicano en Europa no alcanza todavía los niveles para poder exigir tanto dinero por ellos. El antiguo pensamiento de que si Pulido, Jiménez o Fabián fuesen argentinos o brasileños se venderían en un precio mucho mayor es una realidad. El futbolista mexicano no tiene una reputación ganada en el futbol europeo y los clubes europeos temen al momento de hacer una fuerte inversión por un jugador que puede resultar o puede fracasar.
Entiendo también la postura de los equipos mexicanos que buscan salvaguardar su economía, pero también estoy seguro que si se trabajara con mayor precisión y ahínco en las fuerzas básicas aumentaría la producción de futbolistas y con ello obviamente las posibilidades de exportar y de consumir sin tanta presión.
Es un hecho que los clubes mexicanos quieren vender en los escalafones del mercado internacional, pero están ofreciendo un producto --perdón por el término al tratarse de seres humanos-- que no cuenta con el suficiente lustre o reputación en las ligas más desarrolladas del mundo.
Estamos dentro de un círculo vicioso. Al no producirse mucho, el poco talento que surge, se vende caro y al no existir ese talento en Europa no se gana en presencia.
@Faitelson_ESPN