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Martino buscará cerrar el círculo

El futuro del fútbol argentino genera algo de incertidumbre. Hoy el panorama para las futuras camadas de jugadores no es tan claro como lo fue en el camino hacia Brasil 2014.

Una de las grandes virtudes de Alejandro Sabella fue haberle dado estabilidad a una selección que desesperadamente la necesitaba. Su labor ayudó a pulir en Brasil un trabajo que llevaba 20 años en la fábrica. Desde 2007 a 2011, la selección sufrió años turbulentos, incluyendo tres técnicos y una sufrida clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010.

El equipo finalista en Brasil fue el reflejo de un trabajo que se originó hace 20 años. Fue el fruto de un proceso largo que involucró a todos los integrantes del plantel argentino, incluyendo al mismo Sabella.

Estos jugadores representaban a las distintas generaciones que se cansaron de triunfar en todas las categorías juveniles de la selección argentina. Desde Maxi Rodríguez, único sobreviviente del equipo Sub-20 campeón mundial en 2001, hasta Sergio Agüero y Ángel Di María, figuras en el título obtenido en 2007. Estos jugadores ganaron campeonatos sudamericanos, Mundiales Sub 20 y dos Oros olímpicos, que hasta el momento de la obtención era el único título que faltaba en las vitrinas de la AFA.

Para entender por qué el futuro es incierto, es obligatorio entender cómo se llegó hasta acá:

Todo empezó en el año 1994 luego del Mundial de Estados Unidos. Cansado del fracaso y la desprolijidad en el fútbol juvenil, Julio Grondona estableció un concurso para que un entrenador se haga cargo de las selecciones juveniles de Argentina, y dividir de una vez las tareas de la selección mayor y la juvenil. Antes, era costumbre que el entrenador de la mayor asigne a un asistente como técnico de la sub-20.

José Pekerman viajó al predio de la AFA para presentar un proyecto. Con una carpeta en mano, hojas caratuladas, y un estudiado plan de trabajo, Pekerman, quien era un desconocido hasta ese momento, convenció a Grondona y se hizo cargo de los combinados juveniles de Argentina.

El plan de Pekerman fue ambicioso; priorizó la formación del jugador y supo explotar todo el mapa futbolístico argentino. Parecido al proceso de César Luis Menotti en los años '70 con la selección mayor y a lo que había ejecutado Jorge Griffa en las inferiores de Newell's Old Boys, Pekerman aspiró a involucrar a la mayor cantidad de jugadores en todo el territorio argentino.

La selección mayor venía de cerrar su ciclo más glorioso y éxitos en las Copa América de 1991 y 1993 hacían que la transición sea menos turbulenta. Igualmente, en aquel momento el futuro también era incierto.

Afortunadamente, Grondona tomó la decisión correcta. Pekerman, junto con su ayudante Hugo Tocalli (más Francisco Ferraro en 2005), ganaron cinco campeonatos mundiales Sub 20 (1995, 1997, 2001, 2005, 2007). De a poco la selección juvenil plasmó un estilo y un legado ganador.

El proyecto requirió una constante comunicación entre la selección mayor y los juveniles. Por ejemplo, mientras la selección mayor se preparaba para el Mundial de Francia 1998, en el cual Sabella fue ayudante de campo, Pekerman y Tocalli se encargaban de visitar las canchas los días de partidos y seguir de cerca a los juveniles.

Luego del Mundial de Francia, Pekerman fue consultado por Grondona para hacerse cargo de la selección mayor. Señalando su falta de experiencia con jugadores mayores, Pekerman declinó y recomendó a Marcelo Bielsa, quien finalmente se hizo cargo. El proyecto empezó a desarrollarse y unificarse cada vez más.

Camadas de jugadores como la de Juan Pablo Sorín, Walter Samuel, Esteban Cambiasso, Diego Placente, Pablo Aimar y Juan Román Riquelme eran seguidos por otras iguales de buenas como la de Javier Saviola, Andrés D'Alessandro, Fabricio Coloccini, Maxi Rodríguez, Nicolás Burdisso, Wilfredo Caballero y Martín Demichelis.

En 2003, con Javier Mascherano y Carlos Tevez a la cabeza, Argentina perdió en semifinales del mundial. Pero el regreso a la gloria no tardó ya que fue nuevamente campeón en 2005 con jugadores como Lucas Biglia, Fernando Gago, Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Sergio Agüero y Lionel Messi.

La historia de Messi fue particular. Claudio Vivas, ayudante de Marcelo Bielsa, quien era el técnico de la mayor en aquel momento, le envió un video a Tocalli, quien inmediatamente hizo lo posible para 'fichar' al futuro mejor jugador del mundo. Con el apoyo de Grondona, Tocalli organizó dos partidos amistosos para que Messi pueda vestir la celeste y blanca.

Finalmente, la Pulga jugó y fue figura del Mundial 2005. Dos años más tarde, esta vez con el mismo Tocalli en el banco, Argentina continuó su legado con jugadores como Sergio Romero, Federico Fazio, Emiliano Insúa, Éver Banega, Claudio Yacob, Ángel di María y Pablo Piatti. La figura de ese mundial fue Sergio Agüero, quien sumó su segundo título a nivel Sub-20.

En Brasil 2014, con lo mejor de todas esas camadas juveniles, Argentina no pudo cortar una racha de 21 años sin títulos y la racha de finales perdidas se extendió a cinco. Ganar en Brasil hubiera significado revalidar un trabajo que marcó época en el fútbol argentino.

Lo más preocupante es la ausencia de un proyecto. Lo que Pekerman construyó ya casi no está.

Humberto Grondona, hijo de Julio y el mismo que estuvo ligado a la reventa de entradas durante el Mundial de Brasil (aparecieron boletos revendidos con su nombre), es el director de las selecciones juveniles desde 2013.

Luego del fracaso de Marcelo Trobbiani al no clasificar al Mundial Sub 20 de Turquía en 2013, el señalado fue Humberto, quien lo había elegido para el cargo. Su autocrítica y respuesta fue él mismo hacerse cargo de la Sub-20 y Sub-17.

Durante el sudamericano sub-17, Argentina pudo ganar y así clasificarse al mundial de esa categoría pero sin duda el logro se vio manchado por la conducta de los jugadores argentinos. En un partido frente a Uruguay, los juveniles argentinos insultaron, provocaron y hasta agredieron a sus rivales.

"Prefiero el mundial y no el Fair Play", fue la contundente declaración del técnico luego del partido.

Con Pekerman al mando, Argentina no solo ganaba los mundiales sino que también los premios al juego limpio (1997 y 2001).

Desde su último título en la categoría sub-20 en 2007, Argentina no clasificó a los mundiales de 2009 y 2013 y quedó eliminada en cuartos de final en 2011. Sobra decir, que los resultados no han sido los mismos.

Para el proceso de Rusia en 2018 se agotarán finalmente las semillas que se plantaron durante las últimas dos décadas. La Copa América de 2015 y de 2016 y el Mundial de 2018 serán las últimas oportunidades para plasmar un proyecto integro en algún título. Martino está ante la difícil tarea de poder reconstruir y mejorar el mapa futbolístico para los juveniles argentinos.

Finalmente, Argentina cuenta con la chance de enderezar el rumbo.