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Tigres camino a un fracaso estrepitoso

Luego de galopar los dos primeros tercios de la campaña en la cima de la división central de la Liga Americana, los Tigres de Detroit están a las puertas de un fracaso colosal, que podría dejarlos fuera de la postemporada por primera vez desde el 2010.

Hace menos de dos semanas, los Tigres presumían de la mejor rotación de todo el béisbol, tras añadir al zurdo David Price procedente de los Rays de Tampa Bay, quien venía a unirse a Max Scherzer, Justin Verlander, Rick Porcello y el venezolano Aníbal Sánchez.

Con Price, Cy Young de la Liga Americana en el 2012, Detroit contaba con los tres últimos ganadores del premio junto a Verlander (2011) y Scherzer (2013).

Pero el recién llegado no ha podido aportar aún su primera victoria, Sánchez se fue a la lista de lesionados por 15 días y Verlander (10-11, 4.76) anda con molestias en el brazo, además estar en su peor temporada desde el 2008, cuando terminó con récord de 11-17 y efectividad de 4.84.

Además, el mexicano Joakim Soria, de quien se esperaba mucha ayuda para el bullpen, también se lesionó tras una mediocrísima pasantía de seis partidos en los que lanzó para 10.38.

Y ni hablar de Joe Nathan, quien ha desperdiciado seis rescates y lanza para 5.23, toda una vergüenza para el gremio de los cerradores.

Siete derrotas en sus últimos diez partidos, cuatro de ellas de forma consecutiva, les han hecho perder la punta divisional que ahora ocupan los Reales de Kansas City, un equipo venido de menos a más, con 16 victorias en sus últimos 20 encuentros.

Para colmo, la ofensiva también anda tambaleante, con su líder natural, el venezolano Miguel Cabrera, en el peor mes de toda la contienda.

De pronto, Cabrera, el mejor bateador que existe en el mundo, dejó de impulsar carreras y batear jonrones.

Cuando nos acercamos a la mitad de agosto, el primera base de Detroit solamente suma cuatro remolques, luego de promediar 20.25 empujadas por mes, al tiempo que su cifra de jonrones (17) va siendo la más baja desde los 12 que conectó en el 2003, el año de su debut, cuando apenas participó en 87 juegos.

Víctor Martínez es un gran bateador, pero él solo no puede echarse el peso ofensivo del equipo y necesita de más ayuda del propio Cabrera y de los veteranos Ian Kinsler y Torii Hunter, para apoyar a ese cuerpo de pitcheo en teoría poderoso, pero que ha mostrado lagunas.

Con todo el renombre de sus abridores, de 117 aperturas hasta el martes, sólo 68 habían sido salidas de calidad (58%), a diferencia de 64% de los Dodgers de Los Angeles, 69% de los Bravos de Atlanta y 61% de los Atléticos de Oakland, por citar a otros conjuntos con rotaciones de alto calibre.

Todavía queda tiempo para recuperarse, pero este slump colectivo no deja de preocupar a sus fanáticos, que ya empiezan a preguntarse si una vez les tocará alargar una espera que ya dura 30 años.