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Tan aburrido como exitoso

Si hubiera jugado en el PGA Tour, John Par habría tenido un 2014 bastante redituable Getty Images

BRISTOL -- Nuestro amigo imaginario llegó al tour casi sin darse cuenta y siguiendo un viejo dicho, que pocas veces falla, pensó que haciendo pares no le iría mal en el PGA Tour. Cuando lo comentaba entre sus amigos, muchos se le reían y le decían que haciendo pares no llegaría lejos en la máxima categoría del golf mundial.

Sin poder jugar los Majors ni los World Golf Championships, sus posibilidades de sumar puntos y dinero para la Fedex Cup no eran muchas. No comenzó bien el año y cuando los primeros torneos de la temporada terminaron las cosas no iban bien. No se desanimó y siguió pensando que los pares le darían resultado a la larga y de a poco las cosas empezaron a mejorar. El tiempo le dio la razón. Pudo jugar 31 torneos en la temporada y pasó 19 cortes. Si hubiera cobrado los premios, habría sumado algo más de 530.000 dólares, pero lo más importante fue que su puesto en la FedexCup habría sido el N° 119, con lo que habría mantenido la tarjeta para la siguiente temporada.

A otro amigo imaginario se le ocurrió la idea de hacer solo 1 birdie en los primeros 36 y el resto de la semana dedicarse a hacer pares. Terminando 1 bajo par antes del corte pudo pasar 24 de 31 cortes, habría sumado alrededor de 803.000 dólares y habría ocupado el puesto N° 83 de la Fedex.

Esto da por tierra la teoría que dice que se necesitan muchos birdies para poder sobrevivir en el tour. Es verdad que hacen falta muchos birdies para poder ganar torneos, pero no tantos para salvar la tarjeta.

Esto también es una buena enseñanza para todos los golfistas, sin importar el handicap o nivel de cada uno.

Antes de comenzar una vuelta de golf acuérdese de su handicap, mire la tarjeta e identifique los hoyos más difíciles. Hace muchos años un golfista senior, pero que todavía le pegaba muy bien a la pelota se me quejaba que en el hoyo 15 de su cancha no llegaba en dos golpes. Le pregunté cuál era su handicap en ese momento y cuál era el handicap de ese hoyo. La respuesta que me dio era la respuesta a su queja: su handicap era 9 y el hoyo en cuestión era el segundo más difícil de la cancha. Estaba claro que no debía preocuparse si no llegaba en dos golpes en ese par 4 y que el bogey era lo lógico para él.

El tema es que no hay que intentar volar por encima de una laguna si no está seguro que está dentro de sus posibilidades. Los grandes jugadores son los que conocen muy bien sus limitaciones y no tratan de hacer cosas que no pueden. Seguramente muchos pensarán que el golf así es aburrido y que la emoción de intentar pegar un golpe difícil es inigualable, sobre todo cuando la pelota termina donde nosotros imaginamos. Esto no ocurre en la mayoría de los casos y de eso se trata la columna de hoy.

Pongan en práctica esta teoría, no busquen hacer de más, piensen como tirar para par en los hoyos más difíciles y cuando fallen un tiro no traten el golpe heroico. Todos podemos pegar un mal golpe, los profesionales lo hacen, pero lo que no se puede hacer es pegar dos malos golpes seguidos porque es eso lo que te lleva a un número alto en la tarjeta.

Nuestro amigo imaginario salvó su tarjeta en el tour haciendo pares. Les puedo asegurar que no les va a ir mal si lo imitan aplicando su handicap.