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Evidencia forense de la muerte de la ofensiva

Los bateadores no se están quedando sin poder, pero los números de bateo han ido en descenso. AP Photo/Elise Amendola

Mi teoría favorita acerca del declive de la ofensiva surge, de cierto modo, por lo que he visto en años recientes durante la postemporada, donde el scouteo y las decisiones especializadas durante el juego son rutinariamente llevadas a un nivel más alto.

Noche tras noche en los playoffs de la Liga Americana el año pasado, la pregunta de si Max Scherzer o Aníbal Sánchez o Justin Verlander o Sonny Gray o Jon Lester quizá lanzaría un juego sin hit parecía indefinida. Sí, los Detroit Tigers tenían una gran rotación en la serie de campeonato contra Boston, pero recuerden, los Medias Rojas encabezaron las Mayores en carreras anotadas con un orden al bat profundo en 2013, y en esa serie contra Detroit, los Medias Rojas tuvieron 73 ponches en 193 turnos al bat, con promedio de bateo de .202.

Verlander tuvo una gran recta el pasado otoño, Sánchez tenía un cambio devastador, y Scherzer estuvo magistral. Pero ese tipo de dominio no ocurrirá sin algún scouteo detallado, sin que los pitchers, catchers, mánagers y coaches sepan cómo usar la información.

Más y más, el nivel detallado de información e implementación se ha incrementado durante la temporada regular. Los bateadores son vigilados, ya que sus tendencias son plenamente conocidas. El hábito de mover jugadores a la defensiva ha crecido exponencialmente en los últimos cinco años, los mánagers tienen un mayor conocimiento de por qué una confrontación específica relevista-bateador funcionaría o no, y los planes de juego para cómo atacar un orden al bat son cada vez más apuntalados por las estadísticas. Si un bateador deja pasar el primer lanzamiento 90 por ciento del tiempo, o si le hace el swing al primer lanzamiento de manera consistente sin importar dónde está localizado (hola, Josh Hamilton), los pitchers y catchers sabrán eso, y lo usarán en una forma como no se empleaba hace una década.

Los bateadores se han visto obligados a contraatacar, y hasta el momento, están teniendo muchos problemas para ajustase. Los movimientos defensivos los están venciendo. Los reportes de scouteo los están venciendo. La estrategia de trabajar el conteo bolas-strikes para elevar el total de lanzamientos de un pitcher quizá no tenga tanto valor como hace una década, porque de todas formas muy pocos abridores trabajan más allá de la sexta entrada. La mentalidad de la mayoría de los pitchers es lanzar lo más fuerte que se pueda hasta que se les agote el combustible, en lugar de intentar finalizar el juego o siquiera una entrada.

Los bateadores están perdiendo, y la producción de carreras ha disminuido dramáticamente. Los exámenes contra el consumo de anfetaminas y esteroides han tenido qué ver algo con eso, pero pienso que es más por la brecha de información: los bateadores son vencidos con eso, y no han descubierto la forma de evitarlo.

Pero, sin importar el motivo verdadero, las estadísticas son contundentes, como evidencia forense de la muerte de la ofensiva.
Justin Havens y John Fisher de Estadísticas e Información de ESPN encontraron algunas de estas joyas que reflejan la forma en cómo ha cambiado el béisbol.

El porcentaje de swing-y-abanica en temporadas recientes

2014: 22.4%

2013: 22.2%

2012: 22.0%
2011: 20.9%
2010: 20.8%
2009: 20.4%

El porcentaje de ponches en temporadas recientes:

2014: 20.3%
2013: 19.9%
2012: 19.8%
2011: 18.6%
2010: 18.5%
2009: 18.0%

El número de bateadores que se poncharon al menos 100 veces en Grandes Ligas:

1924: 0
1934: 1
1944: 0
1954: 1
1964: 22
1974: 20
1984: 27
1994: 10 (temporada abreviada)
2004: 67
2014: 78 (105 la temporada pasada, para contexto de temporada completa)

Parece que estaremos en el rango de 120 bateadores que poncharán al menos 100 veces.

Un número de equipos podría establecer récords de ineptitud ofensiva (o pitcheo con autoridad):

• Los Padres llevan paso para el promedio de bateo más bajo en la historia de la franquicia.

• Los Cachorros destrozarán el record de la franquicia de más ponches para sus bateadores. Ellos tienen 1,245 ponches hasta el momento esta temporada (la cifra más alta es de 1,269 en 2002).

• Los Angelinos deberán destrozar el récord para la franquicia de más ponches por parte de sus pitchers. Ellos tienen 1,171 hasta el momento (la mayor cifra es de 1,200 la temporada anterior).

• Los Rays llevan paso para superar el récord de la franquicia de más ponches por parte de sus pitchers. Llevan 1,259 esta temporada (la mayor cifra es de 1,383 en 2012).

• Los Indios llevan paso para superar el récord de la franquicia de más ponches por parte de sus pitchers. Ellos tienen 1,219 esta temporada (la mayor cifra es de 1,379 en 2013).

Durante la temporada 2000, 20 lanzadores tuvieron efectividad por encima de 5.00. En 2014, solamente cuatro lanzadores superan el 5.00 de efectividad.

En la campaña 2000, solamente cuatro lanzadores tuvieron efectividad de 3.00 o menos. Esta temporada, 20 pitchers tienen 3.00 o menos de efectividad.

Actualmente, existen ocho bateadores que tienen un OPS de .900 o mejor. En 2001 -cuando era probablemente el punto más alto de la época de los esteroides -- había 14 bateadores con OPS de 1.000 o mejor. Y 37 bateadores tenían un OPS de .900 o mejor.

Las estadísticas están por todas partes, y muestran un panorama muy claro.