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Velocidad a larga distancia para Reales

Los Reales de Kansas City utilizaron siete bases robadas, cuatro toques de sacrificios y borraron tres déficits el lunes para derrotar a los Atléticos de Oakland, 9-8 en 12 entradas, cuando un hit impulsador de Salvador Pérez remolcó a Christian Colón y puso a gozar la casa llena de Kaufmann Stadium, que disfrutó su primer triunfo de postemporada desde que los Reales ganaron la Serie Mundial en 1985.

¿Serán los Reales el equipo del destino? En varias ocasiones aparentó que Kansas City se despediría temprano, especialmente en la sexta entrada cuando esos 29 años de espera se veían esfumarse en los primeros 29 minutos, todo gracias a Brandon Moss, quien pegó dos cuadrangulares e impulsó cinco carreras en causa perdida para los Atléticos.

Pero una y otra vez los Reales manufacturaron carreras utilizando su velocidad y la manufactura de carreras para ponerse en contención.

Tras caer en un hueco de 2-0 en la misma primera entrada cuando el abridor de los Reales, James Shields, colgó un slider y Moss aprvechó para su primer cuadrangular de la noche, los Reales demostraron su capacidad de remontar, utilizando su fortaleza, la velocidad, en cada una de esas oportunidades.

Los Reales borraron déficits de 2-0, 7-3 y 8-7 todo gracias a un plan agresivo del dirigente Ned Yost, quien no titubeó en mantener a sus corredores en movimiento para crear situaciones al estilo de la Liga Nacional, liga en la cual dirigió a los Cerveceros de Milwaukee por seis temporadas y fue el Mánager del Año en dos de ellas.

Yost recibió hits abridores en octava (Escobar), novena (Josh Willingham) y 10ma (Eric Hosmer) y en todas las ocasiones utilizó toques de sacrificio para poner corredores en posición de anotar con menos de dos outs. Desgraciadamente no consiguió el hit oportuno hasta que Pérez lo logró en la 12ma, pero el intento se hizo.

Además, cabe destacar la labor del bullpen de los Reales, que mantuvo el daño al mínimo después de la desastrosa sexta entrada, en especial la labor que realizó Brandon Finnegan, quien a sus 21 años y luego de solo dos meses en las Grandes Ligas, fue tirado al fuego y respondió con 2.1 entradas y tres ponches en puntos clave en las 10ma y 11ma entradas.

Nori Aoki, Alcides Escobar, Lorenzo Cain, Terrance Gore, Alex Gordon, Jarrod Dyson y Colón todos se apuntaron bases robadas para mantener innings vivos mientras Yost empleó cuatro sacrificios para adelantar corredores. No debe sorprender a nadie que los Reales lideraron las Grandes Ligas con 153 bases robadas esta temporada.

Asimismo, los Reales disfrutaron de varios hits oportunos, no más que el triple de Hosmer con un out en la 12ma entrada que empató el partido para abrir la puerta al hit de oro de Pérez.

Ahora los Reales empacan sus bártulos para medirse a los Angelinos de Los Ángeles, un equipo que ascendió a la elite de la Liga Americana hace cuatro años utilizando más o menos el mismo estilo que Yost ha empleado esta temporada.

Las similitudes de Yost y el dirigente de los Angelinos, Mike Scioscia son demasiadas para ser coincidencia. Ambos fueron receptores y ambos creen en el estilo de la Liga Nacional, ya que fueron jugadores que forjaron en el circuito senior. Sin embargo, los recursos con los que cuenta Scioscia para la serie contra los Reales son muy distintos.

Los Angelinos no son tan jóvenes como los Reales y no cuentan con la misma velocidad de antes. Esta temporada, los Reales batearon colectivamente para .263 con siete bases robadas en los seis encuentros que jugaron, pero la serie particular acabó en 3-3.