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El puñetazo de Boy no debe archivarse

Mexsport

Lo que faltaba: un entrenador golpeando a un aficionado en plena tribuna. Los cuadros de violencia en el futbol mexicano han entrado en un paraje demasiado delicado. Tomás Boy responde a la agresión verbal de un aficionado en plena tribuna del Estadio Jalisco. La pregunta aquí es: ¿Se atreverá la Liga MX a reaccionar? ¿La FMF? ¿Tendrá el club Atlas el valor moral de hacerlo? Lo peor que puede hacer es que el tema se archive o se esconda como se hacen con muchos asuntos escabrosos en el futbol mexicano.

LOS ANGELES, CA -- Los escenarios de agresión que se han vuelto costumbre en el futbol mexicano llegaron a un paraje muy delicado: un entrenador respondiendo con un puñetazo a una agresión verbal en plena tribuna.

Y como van las cosas, no veo mucha intención para actuar, ni por parte de la Liga, ni de la Federación, ni del club e incluso tampoco de las autoridades encargadas de impartir justicia. El asunto promete perderse en la mesa de un ministerio público en Guadalajara como se han perdido otras muchas cosas donde existe una agresión física y verbal en México.

Tomás Boy se equivocó. Ningún entrenador puede reaccionar con una agresión aunque exista una provocación de por medio. Y el aficionado también se equivocó: el pagar un boleto no te da el derecho de ir al estadio a insultar a uno de los actores del juego, en este caso, el director técnico de un equipo.

El primer pronunciamiento de la Liga MX, a través de su director (Enrique Bonilla) es poco más que desafortunado. El señor Bonilla, que trabaja bajo la tutela de Decio de Maria, declaró que Boy estaba reaccionando sobre una agresión de un aficionado. Bajo ese pensamiento pareciera que la Liga MX está justificando el accionar del entrenador atlista.

No espero mucho de la justicia ordinaria en un tema de esta índole, pero sí esperaría más de un club como el Atlas, un club con responsabilidad social conducido hoy deportiva y administrativamente por uno de los grupos empresariales más importantes del país. El Atlas, como institución futbolística, debe ser el más apremiado y apenado por la situación.

El de Tomás Boy y el aficionado no es el primer caso de violencia que se registra en la última época en el futbol mexicano. La violencia existe en las calles, alrededor del futbol, en las tribunas y se ha manifestado de diferentes formas, incluyendo en temas tan graves como lo es el racismo. La respuesta de las autoridades deportivas ha sido vaga y perezosa. Lo mismo, seguramente, sucederá con respeto a este penoso incidente.

La imagen de un entrenador tirando puñetazos a un aficionado no es la mejor para un futbol que quiere mostrarse entre las mejores ligas del mundo, tampoco lo es para el Atlas, como club, para la empresa que maneja al Atlas y tampoco lo es para un país que lucha todos los días para alejarse de una faceta de violencia.

@Faitelson_ESPN