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Los Yankees deben salir de A-Rod ya

Alex Rodríguez es un mentiroso.

Mintió una y otra vez sobre algo que era un secreto a voces: nunca dejó de usar sustancias para mejorar su rendimiento atlético.

Cuando reconoció por primera vez su trampa, A-Rod dijo que lo hizo en sus años con los Vigilantes de Texas, donde tenía una "presión enorme para no fallar".

Pero juró y perjuró que se había mantenido limpio desde su paso a los Yankees de Nueva York.

A la luz de las nuevas revelaciones, publicadas por The Miami Herald y citando documentos oficiales de la DEA, ahora sabemos que consumió más esteroides y hormonas de crecimiento humano (HGH) desde su llegada a la Gran Manzana.

Y aun así, allí sí sucumbió a la presión, al extremo de ganarse el sobrenombre de A-Fraud.

La novela de Rodríguez parece no tener fin. A principios de febrero, cuando abran los campos de entrenamientos para la temporada del 2015, estará dando inicio también en Miami el juicio contra Yuri Sucart, primo del pelotero, por su participación en la red de distribución ilegal de esteroides que se generaba desde la clínica Biogenesis de Coral Gables.

Ya es de imaginar el tremendo circo que veremos en la Florida, desde la corte judicial hasta las instalaciones primaverales de los Yankees en Tampa, donde Rodríguez intentará recuperar su mejor forma para reintegrarse al equipo tras una suspensión de un año.

Eso es lo peor que le podría pasar a los Yankees, que estarán en un proceso de reconstrucción tras el retiro de Derek Jeter, el último miembro de una generación gloriosa.

Las distracciones extradeportivas serán demasiado dañinas para un grupo heterogéneo que luce sin un liderazgo claro y necesita tranquilidad para reformarse a largo plazo.

Bastantes errores cometió la gerencia en gastos exagerados para llegar a este punto sin retorno, de peloteros añosos, sin verdadero concepto de equipo, algo que tomará tiempo para limpiarlo.

A A-Rod todavía se le deben 61 millones de salario base por tres temporadas, gracias al disparatado contrato de diez años que le dieron en el 2007.

A eso súmenle otros seis millones de dólares que recibiría como bonificación si batea siete jonrones más y supera los 660 de Willie Mays para colocarse cuarto en la lista de todos los tiempos.

No está claro cómo ha quedado en realidad la relación entre el equipo y el pelotero, luego de que este último demandara hasta al gato de los Yankees durante su proceso de suspensión.

En este mundo de conductas políticamente correctas obligadas, los Yankees han dicho que recibirán a A-Rod con los brazos abiertos y explorarán la posibilidad de usarlo en la inicial (donde está Mark Teixeira) o como bateador designado, en caso de que no esté ya apto para defender la antesala.

Pero eso de los brazos abiertos no convence a nadie y ya la gerencia trabaja en un pacto con Chase Headley.

Lo mejor que deberían hacer los Yankees es meter la mano en el bolsillo, sacar los 61 millones que le deben al jugador y salir de él de una buena vez.

¿Duele pagar 61 millones de dólares de un golpe? Supongo que sí. Pero ese fue uno de los grandes errores de la gerencia y ahora toca asumir las consecuencias, por el futuro de una franquicia que atraviesa un período de pausa en su gloriosa historia.