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Béisbol colombiano en busca de mayoría de edad

El regreso de Cuba a la Serie del Caribe es una buena noticia no sólo para el evento, sino también para una tierra donde el béisbol, poco a poco, ha ido abriéndose paso en medio de la pasión que genera el fútbol: Colombia.

Los cubanos reaparecieron en la edición de Isla Margarita 2014 y se espera su presencia en San Juan´2015.

Pero si su participación se afianza y se hace permanente, a la larga hará falta un sexto participante para redondear el calendario y es ahí donde Colombia espera su oportunidad de oro.

El 26 de octubre de 1997, el béisbol colombiano vivió su momento de mayor gloria. Un hijo de Barranquilla, Edgar RenterÍa, consiguió el sueño dorado para todo pelotero: decidir con un batazo la Serie Mundial.

Entonces era un muchacho de 20 años, apenas en su segunda temporada en Grandes Ligas. El hit decisivo de Rentería en el duodécimo episodio del séptimo juego entre los Indios de Cleveland y los entonces Marlins de Florida hizo vibrar de un extremo a otro a un país eminentemente futbolero.

De pronto, muchos niños ya no querían ser como el Pibe Valderrama o el Tino Asprilla, sino que soñaban con repetir la gloria de Rentería.

Pero el sueño se diluyó y no fue hasta el 2010 que el propio Rentería se encargó se oxigenar nuevamente al béisbol colombiano, cuando, convertido ya en un veterano de 33 años, volvería a vestirse de esplendor al ganar el premio de Jugador Más Valioso en la Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco ante los Vigilantes de Texas.

El béisbol colombiano tomó un nuevo impulso y este año, cinco jugadores de ese país estuvieron en las Mayores, una cifra que puede parecer pequeña para muchos, pero en realidad muy significativa, sobre todo ahora que el país busca incluirse en la Serie del Caribe.

Donovan Solano con los Marlins de Miami y Dilson Herrera con los Mets de Nueva York, ambos intermedistas, los abridores Julio Teherán con los Bravos de Atlanta y José Quintana con los Medias Blancas de Chicago, más el relevista Ernesto Frieri, quien comenzó el año con los Angelinos de Los Angeles y terminó con los Piratas de Pittsburgh, fueron apenas la punta de un iceberg de talento que crece en las Ligas Menores, donde otros 30 peloteros cafeteros aguardan su turno para ascender.

El origen de este buen momento por el que atraviesa el béisbol colombiano hay que buscarlo en los terrenos de Barranquilla o Cartagena, las zonas donde más se practica esta disciplina.

Y en Rentería, una vez más, por su compromiso con impulsar una liga profesional que busca crecer sin prisa, pero sin pausa.

Muchos desconocen que en Colombia comenzó a jugarse un torneo organizado desde 1948 y se mantuvo por 11 años en su primera etapa.

En 1979 renació el certamen y a duras penas se sostuvo por siete campañas, hasta llegar a la etapa actual, que arrancó en 1993 y aunque tuvo una pausa en el 2010, un año después se reanudó hasta nuestros días, encabezada por Edison Rentería, hermano de Edgar.

Cuatro franquicias animan el torneo: Caimanes de Barraquilla, Toros de Sincelejo, Leones de Montería y Tigres de Cartagena, que no sólo integran jugadores locales, sino también extranjeros que militan en las Menores de organizaciones de Grandes Ligas y encuentran en Colombia una oportunidad de oro para continuar desarrollándose durante el invierno.

Los peloteros foráneos llegan principalmente desde Estados Unidos y República Dominicana, tras pasar meses en Clase A o Doble A de sus respectivas franquicias norteamericanas.

La Liga arrancó el pasado 7 de noviembre y se extenderá por dos meses, hasta el 7 de enero del 2015 en su fase regular, mientras que los playoffs terminan el día 25.

El calendario de 42 partidos para cada equipo, se ha ajustado en tiempo al resto de las ligas caribeñas, pues los directivos colombianos no pierden las esperanzas de recibir en algún momento el merecido pasaje a la llamada Pequeña Serie Mundial Latinoamericana.