La llegada de los Charros de Jalisco a la Liga Mexicana del Pacífico ha dado mucho de que hablar... más no en palabras de sus jugadores en los playoffs, sino en los resultados obtenidos en el terreno de juego desde el arranque de la campaña.
Charros fue el mejor equipo del rol regular al ser el único equipo en llegar a 42 triunfos, para quedar a una de igualar la marca de más victorias conseguidas por un equipo en un rol de 68 partidos --Tomateros de Culiacán en 2012-2013.
Su manager Juan Navarrete es el primero en sumar al menos 40 triunfos para el equipo en igual número de partidos y primero desde 1980-81 en que el cubano Tony Oliva terminó con 49 en 86 partidos jugados.
Las asistencias en el Estadio Panamericano de Zapopan, Jalisco --ciudad conurbada a Guadalajara--, llevó a que la LMP tuviera por primera vez asistencia de 2 millones de aficionados en una campaña.
Y en el rol regular los jugadores siempre dieron entrevistas a los medios, pero ahora al arrancar los playoffs, la cosa cambió, por petición de los mismos peloteros, ya que el manager Navarrete dijo respetar su decisión y apoyarla.
La cábala, superstición, muñeco, talismán, como se le quiera llamar, de los jugadores de los Charros en la serie de repesca de la LMP ante Venados de Mazatlán, fue no dar entrevistas a los medios... ni siquiera a los integrantes de prensa del propio club, y les funcionó.
El presidente del equipo Armando Navarro, expresó a medios de comunicación la noche del lunes que el pelotero que no quiera dar entrevistas será sancionado económicamente. Vamos a esperar si esto sucede o bien, al igual que Navarrete, se alinea a la decisión tomada por los jugadores. ¿La LMP pensará lo mismo?
Pero volviendo a los logros en el terreno de juego, los Charros --franquicia de Algodoneros de Guasave que pasó a Jalisco esta temporada--, barrieron a los Venados en cuatro partidos, cosa que en nunca consiguieron en 43 temporadas jugadas como Algodoneros.
Sólo dos veces tuvieron la oportunidad de conseguir barridas en playoffs --y fue el mismo año-- en 22 temporadas que avanzaron a postemporada, en un total de 34 series en repesca, semifinales y finales, sin contar una de round robin de todos contra todos.
En 1970-71 --su segundo año en la LMP--, en la semifinal y serie final estuvieron 3-0 arriba sobre sus rivales, pero no lograron las barridas.
Primero Yaquis de Ciudad Obregón logró ganar el cuarto partido 1-0, para después caer en cinco cotejos. Posteriormente Tomateros de Culiacán ganó dos y cayó en seis encuentros, en el único título conseguido de la franquicia en Guasave.
Por lo pronto, callados o hablando, Charros tendrá descanso de cinco días, en los cuales conocerá a su siguiente rival y que será el comodín, es decir, el mejor perdedor de la serie de repesca. El domingo y lunes abrirá en su estadio la semifinal.
NAVARRETE ROMPE MALA RACHA
Apenas en su cuarta temporada dirigiendo --en las últimas 14 desde 2001-2002--, el timonel Navarrete cortó una cadena de seis series de postemporada perdidas.
Navarrete dirigió su décima serie de postemporada en su carrera de 11 campañas en la LMP desde 1993-1994, y sólo había ganado una --también por barrida en cuatro juegos--, al hacerlo en 1997-1998 en la repesca con Cañeros de Los Mochis sobre Águilas de Mexicali.
Sin embargo, en la semifinal empezó una cadena de seis perdidas, al ser eliminado 3-4 por Mayos de Navojoa. Después apareció cinco veces en la repesca --todas con Cañeros-- y perdió todas las series con tres resultados de 2-4 y dos de 1-4.
La temporada pasada llegó al timón de Algodoneros y perdió 2-4 ante Naranjeros de Hermosillo.