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Las Chivas, ni cuando agonizan, descansan

LOS ÁNGELES -- En la cancha se debate entre la vida y la muerte. Fuera de la cancha se debate entre el escándalo y el morbo.

Chivas no puede vivir en paz. Y siendo último de la tabla por el no-descenso, tampoco, aparentemente, puede morir en paz.

Es el riesgo de la grandeza deteriorada de un equipo como el Guadalajara: mientras más hiede a carroña, más apetito despierta.

Un sabio proverbio mexicano afirma: "Más tiene el rico cuando empobrece que el pobre cuando enriquece".

En el Clausura 2015 tiene a Pumas como adversario inmediato en el OmniLife, y hasta las estadísticas le hincan el diente al enfermo en estado terminal: desde el Apertura 2008, Chivas sólo ha ganado una vez de local a los universitarios, y fue en uno de sus peores momentos con José Luis Trejo al frente.

Fuera de la cancha, ahora el tsunami encarnizado de versiones asola y azota a la institución y a sus dos cabezas: Jorge Vergara y Angélica Fuentes.

1.- LOS MISMOS ACCIONISTAS

La dupla Vergara-Fuentes anuncia asamblea de accionistas de su sociedad anónima de capital variable para el 23 de enero. Un término desata vientos que se convierten en tormentas: "trasferencia de acciones".

Pero el matrimonio rojiblanco se apresura a puntualizar: es una sesión imperativa, por las leyes mercantiles, pero no se abrirá la puerta a nuevos capitales o nuevos accionistas. El búnker sigue blindado hacia eventuales incursiones. Es decir: es sesión, pero no hay cesión.

Mientras tanto, los rumores montan su aquelarre en el entorno. Las urracas vuelan como palomas mensajeras del chismorreo: Larrea Mota Velasco, rey de minas, ya hizo una oferta; Carlos Slim lleva mano; El Chino Leaño, inmobiliario zapopano, tiene cheque listo; Vergara y Fuentes pretenden separarse; quieren vender antes de descender; ahora sí cotizarán en la Bolsa de Valores, etc.

Y revive la subasta subliminal de Angélica Fuentes del 10 de mayo de 2013: "Chivas vale 800 millones de dólares, pero no pensamos venderlo (...todavía)".

¿Efectos? Los jugadores de Chivas, frágiles ante tantas versiones, y el propio infierno que viven, se fragilizan aún más con los estremecimientos recurrentes.

Es la realidad amarga de Chivas: en tiempos de insomnio, se ensañan las pesadillas.

2.- POTESTAD ILEGÍTIMA

Francisco Cárdenas, ex presidente del Club Guadalajara A.C., afirma que Jorge Vergara maneja un auto robado. Y afirma que los tribunales en Guadalajara, fallaron en contra del propietario de Chivas y que todas las acciones que realiza a nombre de la marca son ilícitas.

"No puedes vender un carro que no te pertenece", dice Cárdenas, líder de los ya menos de 20 disidentes que aún mantienen certificados de aportación de cuando Chivas estaba afiliado a una Asociación Civil.

Y afirma que en un sistema de Justicia de primer mundo, la compra de Chivas, se habría anulado, y que en todo caso, la sentencia final, de hace cuatro años, ya se habría impuesto, y le habrían quitado el equipo al propietario de OmniLife.

Recordemos que cuando Vergara pretende comprar a Chivas, había 204 accionistas que tenían en papel, como Certificado de Aportación, la propiedad del Club Deportivo y del equipo más popular de México.

Ojo: hasta antes de que se acercara Jorge Vergara, cada pergaminos tenía un valor impensable. Era casi una obscenidad. Cada Certificado de Aportación (250 en total) valía un peso. Sí, un peso mexicano. Es decir, en ese 2002, habrían recibido apenas un paquete de chicles ante el valor real comercial del membretado papel.

Algunos socios vendieron de contado (entonces $300 mil dólares por acción) o a plazos (a ese tipo de cambio, $600 mil dólares por acción), o se sumaron al paquete de Vergara, recibiendo 121 dólares en un pago único.

Chivas pues, no tiene paz, ni dentro de la cancha ni fuera de ella. Al contrario, vive perseguido. Y es claro: además de insomnio, sufre de pesadillas.

Y lo que falta...