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Xolos: mascota en Puebla, jauría de América

LOS ÁNGELES -- Xolos se mudó de vecindario en una semana. Giró de 180 grados. Ahora no debe moverse de ahí. No puede ser menos ni dar menos: su actuación épica ante el América este viernes le ciñe merecidas guirnaldas con el 1-0.

El mismo Tijuana desacertado, desconcertado, condescendiente, desidioso, que sucumbió hace una semana ante el Puebla, súbitamente sufrió una metamorfosis fascinante.

Y de las penumbras del sábado en su visita a Puebla, este viernes aplacó a las Águilas, y el 1-0 pudo haber sido un escándalo, si Dayro Moreno hubiera sido más generoso, y si Moisés Muñoz no hubiera tenido un par de intervenciones milagrosas.

Sí, la versión mascota doméstica de estos Xolos en Puebla se transfiguró en imponente jauría, en mastines genuinos, que mordieron al América, lo sometieron por momentos, y hasta le permitieron juguetear con una libertad y un dominio engañosos, que le dio posesión, pero no control genuino.

Si el América hizo evidente sus fragilidades evidentes ante el León, y maquilladas rudamente por la victoria, este viernes, en el Estadio Caliente, sufriendo ante una marca más intensa y por el trabajo sublime de jugadores talentosos en hibernación, se encontró, entonces, con una garita imposible de cruzar.

Porque si bien Pellerano quitó pocos balones y distribuyó menos, y si nuevamente Goltz y Aguilar dejan lagunas en la zaga central, los talentos del América se entendieron poco y produjeron menos.

Porque al ataque, pese a la persistencia de Sambueza, y la asistencia de Paul Aguilar, la decepción apareció con un Carlos Darwin que entregó 11 balones al adversario, o con un Michael Arroyo, que en dos opciones ofensivas, se enredó con sus propios pies, y terminó en ridículos costalazos, mientras que Oribe Peralta erró un penalti que habría cambiado la historia, mientras que Benedetto sigue sin encontrar su posición al frente.

Y así, en ese evidente desorden y falta de congruencia, por falta de trabajo en el América, un equipo como Tijuana, con vocación, ahínco y detalles de exquisitez, pudo no sólo contener en una estoica labor de recuperación y contención, sino que además, generó al frente.

Dayro y Arango dieron su mejor partido con la camiseta de Xolos, con un Hauche que muestra sus hechuras y devoción, y con actuaciones relevantes de Ruiz y Guemez, mientras que en el fondo, rayando heroicidades, Chávez, Gandolfi, Garza y Núñez, fueron esa muralla que tenía de respaldo a un Cirilo Saucedo con temple magnífico al atajar el penalti a Oribe.

Por eso las noticias son doblemente buenas para la afición de Tijuana.

1.- Xolos vence al equipo con la nómina más poderosa de la Liga, y lo hace con claridad.

2.- Tijuana les ofreció a sus seguidores un certificado de protagonismo en este torneo. A menos claro, que la versión genuina sea la de Puebla, y en esta noche de viernes sólo se hayan sublimado por la oportunidad inmejorable de tundirle al favorito. La verdad se sabrá cando visiten a Tigres o reciban a Morelia.

Para América, urgen marchas aceleradas de trabajo. Del desorden pasaron a la desesperación, y de ahí se zambulleron en el absurdo.

Por ejemplo, en los últimos minutos metieron tres balones cruzados de media cancha al área, cuando sólo había un posible rematador entre cuatro defensas, mientras había cuatro jugadores en la periferia del área para intentar otras opciones.

Y atrás, si Paul y Samudio van a seguir con libertades al ataque, van a dejar en evidencia siempre a Goltz y a Aguilar, con sus puriles limitaciones, si el América sigue jugando con sólo un contención, como Pellerano. Si Gustavo Matosas quiere mantener a esas Águilas desbocadas, deberá empezar a cavilar sobre jugar con línea de cinco, para mantener siempre un rombo de cuatro como último embudo en la cancha, y fortalecer el ataque por las bandas.

Y América tiene una fortuna: tres de sus próximos cuatro juegos serán en el Azteca. Recibe a Puebla, Tigres, viaja a Morelia y recibe a Chiapas. Todo a favor, para empezar a tratar de alcanzar ese entendimiento y coherencia que sólo el trabajo puede dar.

Pero, la urgencia es además de lo mencionado en zona defensiva, hacer funcionar a Carlos Darwin con Sambueza, Aguilar y Benedetto, porque parece obsesionado en sólo reencontrarse con ese matrimonio perfecto que en Santos tuvo alguna vez con Oribe Peralta.