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Arbitraje ensucia la victoria de las Chivas

LOS ÁNGELES -- Chivas... y un primer tiempo para merecer ganar el partido. Pumas... y un segundo tiempo para no merecer perder el partido.

El arbitraje del siempre sospechoso Roberto García Orozco termina por mancillar la victoria de Chivas.

Sus errores percuden y percuten en el encuentro de manera lamentable, como lo ha hecho en casi toda su carrera, en el afán de parecerse, cada vez más, para ocupar el sitio vacante, de Marco Antonio Chiquidrácula Rodríguez.

1.- Darío Verón merecía la tarjeta roja por la agresión en el tiro de esquina.

2.- La segunda amarilla a Cabrera fue un invento de esa tendencia de García Orozco a emular al fatídico Chiquidrácula. El jugador de Pumas ni siquiera hace contacto con López.

3.- Si marcó, imperturbable. el penalti sobre Verón por los jaloneos evidentes, pudo haber marcado otro más en cada área. La repetición de la jugada ratifica que la falta existe, pero antes hubo otras similares en ambas áreas.

4.- Legítimo el gol de Verón. El viaje del balón coincide con la evacuación de la defensa de Chivas de su zona, y la penetración del paraguayo.

Es evidente que en la suma de pecados, el daño lo perpetra contra ambos equipos. Es reflejo también de los síntomas de García Orozco: cuando el tiempo transcurre y la presión aumenta, pierde la sobriedad y el criterio.

Olvida, el recurrentemente errático silbante mexicano, que quien quiere agradar a todos, termina comprometido con todos.

Al final, queda enturbiada la victoria del Guadalajara y queda enturbiada la reacción de Pumas en la segunda mitad.

Para Chivas hay avisos importantes con este triunfo sobre Pumas en el abarrotado OmniLife.

1.- Abandona el fondo de la tabla por el no descenso. No está a salvo. Quedan 15 tareas herculinas que deberá librar con la misma entrega de este domingo.

2.- Recupera a su afición. Con el lema de #JuntosVsTodo, Jorge Vergara recibe una bofetada con guante blanco: su grey está dispuesta a sobrevivir o a morir, pero junto a su Rebaño. Si la estrategia del dos por uno fue el motor, debe mantenerse generoso el resto del torneo, cada encuentro de local, incluyendo la Jornada 15, cuando reciba al América.

3.- Sus jugadores recuperaron la testosterona. La hormona que habían perdido, para transformarse en timoratos espantapájaros, la retomaron los jugadores, hasta Ángel Reyna, aunque el desorden y el agotamiento en el segundo tiempo les causó problemas.

4.- ¿Y Luis Michel? Dos errores gravísimos. ¿Qué llevó al Chepo de la Torre a sacrificar a un Toño Rodriguez que había sido lo más íntegro de Chivas? Ante Pumas, Michel pudo perpetrar actos de traición o de suicidio, pero, son titubeos que no puede permitirse un equipo que lucha por la permanencia.

5.- Ahora, los jugadores del Guadalajara no pueden dar menos que lo que dieron en la primera mitad ante Pumas. Y deben aprender a mantener la sangre fría para controlar un resultado y sus ímpetus. Los asomos de calambres y fatiga, son reflejo del peligroso coctel de cansancio y estrés.

6.- ¿Agradó Chivas? Por momentos, pocos, en la primera mitad, pero su rendimiento fue favorecido por un Pumas abúlico y pusilánime, que se atrevió apenas a reaccionar en la segunda mitad. Ojo: debe quedar claro que el Guadalajara no va a cambiar su misión: salvar la zalea, y la última de sus preocupaciones, ratificado por Chepo y por Néstor de la Torre, es agradar, y la misión es estrictamente sumar, y sumar como sea.

Al final, dentro del saldo positivo del marcador, sólo queda ese asterisco que mancilla y enfanga la victoria: un deplorable arbitraje de un árbitro como García Orozco, que semana a semana, queriendo desde siempre emular a Chiquidrácula, hace dudar entre si yerra por dolo o por la incapacidad en sus decisiones.